Stéphan Guin
Flor de Jara es la parte más numerosa en la división de Joaquín Buendía, el encaste que hizo el conde de Santa Coloma y que Don Joaquín perfeccionó. Él divide le ganadería en tres partes y la más numerosa correspondía al hierro de Bucaré, que es la que compró la familia Aragón. “El principal comprador de este encaste fue Manolo Chopera, y se lidió mucho en el norte y en Francia”, explica el ganadero Carlos Aragón Cancela hace unos días en un reportaje en su finca.
Su ilusión es llevar este hierro “a las principales ferias en las que estuvo; Dios quiera que en un corto espacio de tiempo estemos en de nuevo en las ferias”. En el año 2008, Joaquín Buendía decide dividir la ganadería entre sus herederos y les deja unirse por afines: seis hermanos con el hierro de Bucaré, el de Rehuelga y la unión del hierro antiguo de Buendía.
El número de vacas de Flor de Jara es de 160 aproximadamente, y cuando la compraron era de 180: “Durante estos años hemos abierto mucho la ganadería utilizando muchos sementales. Tienes el inconveniente de que para pasar la información tiene que pasar mucho tiempo. Creemos que hemos hecho bien por abrir las reatas”, explica Aragón.
Ahora “estamos haciendo lo contrario: con la información de ciertos toros que han ligado, estamos utilizando pocos sementales con muchas vacas con el fin de fijar aquellos caracteres fijados. Creemos que estamos en el camino, y en 2022 apareceremos con corridas de toros. Esperemos que, aunque no hay matemática, ese camino nos dé alegrías”, desea el ganadero.
La temporada pasada, que tenían la camada entera vendida, la torearon los toreros de la casa. Han lidiado novilladas sin caballos y con ellos, corridas de toros en Navas del Rey, queda una novillada en San Agustín del Guadalix, un novillo concurso en Aire sur l`Adour, un festival en septiembre y varios becerros que se lidiarán en Colmenar Viejo en clases prácticas.