Hace unos días se formaba cierto revuelo en redes sociales al publicarse una imagen en la que se veía al ganadero Goyo Quintas estrechándose la mano al espada José Antonio Morante de la Puebla. En cuestión de minutos, la imagen corrió como la pólvora por redes sociales. Hacía tiempo que se especulaba con la idea de comprar un hierro de la UCTL por parte del cigarrero, algo que este medio pudo constatar el pasado miércoles.
Pero este encuentro, pese a sellar una venta de ganado, nada tenía que ver con la sangre Martínez o Santa Coloma que posee el ganadero madrileño, sino otra de encaste Domecq vía Martelilla. Un trato en el que entraban vacas de Dolores Rufino, ganadería que conoce bien el sevillano al pastar en la finca “Buenavista”, en el término municipal de La Puebla del Río, ganado que con anterioridad se había adquirido a la ganadería gaditana.
De esta forma, se desmiente la leyenda urbana de que Morante había comprado reses de Goyo Quintas para emprender una línea ganadera con esta rama. De hecho, el negocio con los Lozano está cerrado, por lo que será la rama de Núñez la elegida por el genio de la Puebla para convertirse en ganadero, hecho que se producirá en escasas fechas.
Sobre Morante y la rama Martínez (que finalmente no ha adquirido a la familia Quintas)
“A su ganadero, a Goyo, le tengo mucho cariño. Pero la verdad es que no sé apenas cómo sale eso. Sí que son preciosos, porque me los ha enseñado en el campo, y sí que me gustaría hacer una cosita”, comentó Morante el pasado invierno en una de las tertulias de la Asociación El Toro de Madrid. “Se lo dije a Goyo y sí, yo que soy un enamorado de Joselito y esa ganadería que tanta historia buena ha traído al toreo, se merece una exposición a todo lujo hacia el público”.
El de Martínez es uno de los encastes más interesantes del campo bravo criado por la familia Quintas -por tercera generación- en la Comunidad de Madrid. En la actualidad son tres las ganaderías que conviven en armonía bajo la tutela de esta familia de ganaderos: ‘Quintas’, de encaste Martínez, ‘La Machamona’ en la cual se hierran los animales de Santa Coloma, proveniente de Flor de Jara y ‘El Estoque’, de encaste Marqués Domecq, yendo precisamente a esta ganadería las vacas marcadas a fuego con el hierro de Dolores Rufino.