MADRID

Francisco José Espada, violenta cogida por el quinto toro de Pedraza de Yeltes en Las Ventas


domingo 2 junio, 2024

En los primeros compases de la faena, el toro hizo por él y lo zarandeó con la punta del pitón derecho; se dio un fortísimo golpe en la cabeza al caer.

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La cogida a Espada. © Luis Sánchez Olmedo

Francisco José Espada ha sufrido, en la tarde de este domingo, una violenta cogida por el quinto toro de Pedraza de Yeltes en Las Ventas. En los primeros compases de la faena, el toro hizo por él y lo zarandeó con la punta del pitón derecho. Momentos de angustia los que se vivieron en el coso venteño, con el torero tocándose la cabeza; fue trasladado rápidamente por los subalternos hasta la enfermería.

Se pidieron unos minutos de demora por parte del equipo de Espada, pero finalmente la autoridad apresuró a Juan Leal a lidiar al animal. Inexplicablemente, parte del tendido reprochó que Leal hiciera faena, cuando estaba en su total derecho.

Fue trasladado al Hospital Fundación Jiménez Díaz con un traumatismo craneoencefálico, para hacerle distintas pruebas con el objetivo de descartar lesiones graves. Este es el parte médico:

Traumatismo craneoencefálico occipital con scalp.Pronóstico reservado que le impide continuar la lidia. Es trasladado al Hospital Fundación Jiménez Díaz

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La lidia de Francisco José Espada al primero de su lote

Así fue, por otra parte, la lidia de Francisco José Espada al primero de su lote:

“Cubillo” se llamaba el también colorado segundo, número 2, primero del lote de Francisco José Espada, de 540 kilos y nacido en octubre de 2019. Tuvo muy poca fuerza en los capotes y en el peto de El Legionario, por lo que fue devuelto a pesar de su humillación. En su lugar, salió el primer sobrero, “Fantasmón”, con el hierro de Chamaco, negro de capa y de 590 kilos. Toro feo de hechuras, que no se empleó en los primeros tercios, y al que dejó un quite por chicuelinas Fonseca. Mostró también falto de fuerza el animal, al que intentó mantener con media altura el madrileño. Bien colocado, cruzándose, dejó algún detalle, pero sin que la obra llegase arriba con rotundidad. Pinchó al animal cuando el toro estaba distraído y luego enterró el acero.