Frédéric Lautier es un ganadero francés que, desde hace casi cuatro décadas, cría con pasión sus toros en el país vecino. En el siguiente reportaje, publicado por el canal «Torista de Francia», explica cómo fueron sus inicios en la ganadería hasta la actualidad: «Comencé en la ganadería en el año 1986, en la época de François André, como empleado para todo tipo de trabajo. En el año 1991, cuando murió, su hermana Mimi André se convirtió en mi jefa y fue ella quien me pidió que me hiciera cargo de todo el ganado, aunque ella supervisaba, era yo quien llevaba la ganadería. A su muerte, en 2009, nos legó el ganado y pasamos a ser los herederos. Al principio, fue complicado, pero sabía cómo funcionaba la selección y también el mundo taurino. Seguimos con la sangre Santa Coloma y mi hijo, pasó a trabajar conmigo. Fue un honor pasar a ser los herederos y hemos mantenido la ganadería a pesar de la crisis».
Bastien Lautier habla sobre la localización de la ganadería donde lleva alrededor de 50 años y como organizan la alimentación de sus animales: «Estamos en el Mas de L’Isle, una zona de 115 hectáreas para el ganado de temporada, novillos y becerros. Para las vacas, tenemos Las Pradelles, en frente, aquí en Maussane con 86 vacas de vientre. Es una zona principalmente de pradera, marismo y colina. Durante toda la temporada los animales pastan y damos en invierno y verano heno para mantener los toros para todo tipo de espectáculos».
Frédéric interviene comentando la morfología del encaste: «Buscamos un novillo bien hecho, que guste al torero y lo que intentamos es conjugar suavidad y empuje. Eso es lo más importante en el Santa Coloma. Son toros muy avispados, así que el motor y la clase pueden alargar la faena. Queremos que los toros colaboren con los toreros y que se corten orejas. Solo al final de la lidia sabes el resultado. Deseamos que el espectador guarde un buen recuerdo y que el torero quiera volver a torearlos». También comenta la evolución que han tenido dentro de los festejos: «Nuestra ganadería lidió 100 toros para forcado y rejones, siendo el número uno en estos espectáculos y ahora ha evolucionado hacia las corridas de a pie«.
Y el ganadero también habla de la morfología de Santa Coloma: «A veces, estos toros se critican porque son demasiado pequeños, pero los Arturo Cobaleda son así, pequeños, aunque con mucho motor, incluso a veces, no podemos lidiar en ciertos ruedos. En casa decimos: más vale pequeño trabajador que un grande perezoso”.
Frédéric expresa sus objetivos ganaderos con respecto al destino: «Nuestra ambición no es lidiar en España, es quedarnos por aquí cerca, pero lidiar todo lo que tenemos». «El tercio de varas es para probar la bravura, en la selección de vacas es un criterio muy importante para nosotros. Deben arrancarse tres o cuatro veces y cada vez más lejos. Para los novillos igual, es muy bonito ver a un animal que se arranca de lejos en una plaza de toros«, señala.
La familia Lautier se siente apoyada por los aficionados y junto a la herencia de Mimi, la memoria de François, la cuarta generación a la que pertenece Bastién y la pasión de éste seguirán con el proyecto ganadero comenzado en el año 1947.