El pasado lunes 30 de diciembre tenía lugar en la plaza de toros de Cañaveralejo (Cali) el último festejo de su feria taurina de 2024, una corrida de toros donde hacía su presentación la vacada de Campo Real, hierro de encaste Santa Coloma-Saltillo que dio un gran espectáculo y propició el triunfo de Manuel Escribano, Román y el venezolano Jesús Enrique Colombo, espadas que salieron a hombros junto a Gina García, propietaria de la vacada.
Una corrida seria y en tipo de la casa que dio un gran espectáculo en los tres tercios, obteniendo la vuelta al ruedo Peregrino, un noble y codicioso animal lidiado en primer lugar por el espada hispalense. Pero este no fue el único animal importante en la corrida, el sexto de nombre Duende acabaría ganándose la vida gracias a su encastada nobleza, un toro que siempre fue a más y que cayó en las manos del joven espada venezolano.
Tal y como nos contó nuestro compañero David Jaramillo, se trató de una corrida de muy seria presencia, de juego completo y variado. Amén de los grandes toros que abrieron y cerraron corrida también destacó el codicioso y exigente quinto que le cupo en suerte al valenciano Román, la divisa debutante de Campo Real dejó una magnífica impresión, corrida que destacó tanto por su fondo como por la emoción de varias de sus embestidas (si quiere leer la crónica completa de la corrida pinche aquí).
Campo Real: más de seis lustros luchando por un sueño ganadero
Pero este medio quiso profundizar y conocer una vacada con personalidad propia, esa que con el paso de los años se ha ganado el poder estar en las ferias de mayor fuste de Colombia pese al momento tan duro que vive la fiesta en el país cafetero. Con motivo del debut en Cañaveralejo el medio digital colombiano Semana habló con Gina García el mismo día que sus cárdenos animales pesaban por primera vez una plaza tan importante como esta.
Los orígenes ya quedaron reflejados en la parte inicial de la noticia, pero quedaba por saber los hierros que nutrieron esta vacada y el momento en el que comienza este sueño ganadero: “Campo Real es una ganadería que lleva 33 años. Somos una vacada que fundó mi padre a partir de la compra de reses del doctor Ernesto González, el maestro Pepe Cáceres, y después de don José Joaquín Quintero” explicaba la ganadera colombiana al citado medio.
Al igual que otras muchas vacadas, tras la imposibilidad de exportar ganado se optó por la adquisición de pajuelas de determinados toros a ambos lados del Atlántico: “Nosotros realizamos una inseminación con un toro mexicano que se llama Giraldillo, del maestro Manolo Martínez, y luego con un toro español de la ganadería de Ana Romero. Entonces, en realidad, todo esto se resume a que nosotros somos un encaste Santa Coloma-Saltillo mexicano, único en Colombia” acabó comentando.
Gina siguió siempre los pasos de su padre, aprendió de él y se empapó de su forma de ver y entender el toro bravo: “Tomé las riendas del proyecto ganadero tras fallecer mi padre, ahí me di cuenta de que él me había preparado para este momento, entonces decidí asumir esa responsabilidad y continuar con este legado”. Una ganadera que reconoce abiertamente sentirse una privilegiada por dedicar su vida al toro y aprender de este gracias a las enseñanzas de su padre.
FOTOGALERÍA: DAVID JARAMILLO