Pedro Gutiérrez Moya ‘Niño de la Capea’ lleva desde hace varios lustros moldeando este toro en los ondulados y agradecidos pastos de ‘Espino Cerrado’, finca que da cobijo a gran parte de la ganadería. Amén de esta finca salmantina, la familia Capea también posee ‘El Cañito’ en Alconchel, lugar donde pastan gran parte de las reproductoras. Un toro fiel al encaste Murube-Urquijo adquirido a José Romero Pérez en los años 80 tras adquirir este en marzo de 1984 más de 130 vacas de vientre, unos 30 machos y 5 sementales a Antonio Ordóñez (antes Urquijo).
Desde el momento de la compra no ha entrado nada del exterior creando así un animal con personalidad propia y una identidad marcada que le ha llevado a convertirse en un encaste propio. Una ganadería que merecía la pena volver a visitar, de ahí que nuestro compañero Pablo Ramos se trasladara hasta la propia ganadería para fotografiar los animales que allí pastan. Con motivo de esta visita Cultoro quiso hablar con Pedro Gutiérrez Lorenzo para conocer más sobre la idiosincrasia de esta ganadería amén de los compromisos para 2025
Una conversación que nos llevó rápidamente a hablar sobre los toros disponibles para una campaña que comienza en manos de dos semanas: “Para esta temporada tenemos unas siete corridas de toros que dividiremos entre festejos de rejones y a pie. Nosotros desde hace años apostamos por lidiar únicamente cuatreños y cinqueños, salvo en 2024 que acudimos a Pedro Bernardo (Ávila) para lidiar unos ocho añojos. Fue un gesto hacia un municipio al que nos une una vinculación especial, pero más allá de ese festejo puntual únicamente lidiaremos corridas” explicaba Pedro Gutiérrez Lorenzo.
“En plena pandemia dimos un paso importante en la ganadería, pese a todos los problemas que había nos dimos cuenta de la regularidad alcanzada en la lidia a pie. Muchos animales fueron al matadero pero otros se quedaron en casa como nuevos sementales. Hablé con mi padre y decidimos partir la camada en dos, es decir, lidiar tanto a caballo como a pie. Nosotros llevamos varios años consolidados en los festejos de rejones y es el momento de hacerlo también a pie” recalcaba el matador de toros y ganadero salmantino.
De los más de 40 toros que hay para este 2025 en ‘Espino Rapado’ muchos de ellos ya tienen plazas cerradas, siendo las corridas mixtas y de rejones aquellas que ya han oficializado destino: “La primera corrida que lidiaremos será el próximo sábado 8 de febrero en Valdemorillo con un cartelazo formado por Diego Ventura, Sebastián Castella y Manzanares. Luego también estaremos en Illescas nuevamente con Ventura en un cartel que rematan Andy Cartagena y Leonardo Hernández. Diego también estará anunciado con nosotros en Madrid, siendo Pamplona el otro festejo de rejones de esta campaña”.
Respecto al resto de animales que pastan en la ganadería no soltaba prenda sobre su posible destino: “Tenemos otras tres corridas de toros para lidia a pie en sitios buenos pero prefiero que sean los propios empresarios quienes anuncien los carteles. Todavía faltan cerrar algunos flecos, confiamos en cerrarlo todo en breve. También lidiaremos varios toros sueltos en festejos mixtos o corridas de seis toros, sin ir más lejos en mi despedida en Guijuelo lidiaré un toro de casa”.
Un día muy espacial el que se vivirá el próximo 15 de agosto en la localidad salmantina de Guijuelo donde lidiará seis astados en solitario pertenecientes a las vacadas de San Pelayo, Puerto de San Lorenzo, Domingo Hernández, El Freixo, Victorino Martín y Carmen Lorenzo: “Será una tarde de emociones encontradas para el que ya me estoy mentalizando. Ya tengo pensado el toro de casa que lidiaré en último lugar, lo veo toros los días en el cercado, nos conocemos los dos, seguro que nos entendemos en la plaza. Se trata de un cinqueño hermano de padre de los toros que lidió mi padre en su despedida. Como es lógico no es el único que hay preparado, ya sabes que en esta casa se pegan mucho, pero si no hay contratiempos será ese toro el último de mi carrera”.
Un 2025 que viene precedido de una importante temporada de 2024: “La camada del año tuvo el denominador común de la regularidad. Lidiamos un total de 47 con el hierro de El Capea (antes Pedro y Verónica Gutiérrez Lorenzo) en plazas como Valencia, Sevilla, Madrid (dos tardes), Pamplona, San Sebastián o Salamanca, creo que fue un año muy completo tanto a pie como a caballo”.
Una ganadería con un tipo de toro con sello propio: “A mí es un toro que me encanta. Tiene una personalidad muy marcada y unas virtudes y defectos que para bien o para mal lo hacen diferente al resto e incluso dentro del mismo encaste. Tiene la virtud del temple, embiste a otro ritmo y eso hace que aquellos que se ponen delante puedan expresarse. Tenemos un tesoro genético que hay que preservar” comentaba para dar por finalizada la entrevista.
FOTOGALERÍA: PABLO RAMOS






































