La temporada va tocando a su fin, muchos ganaderos hacen balance del resultado de sus corridas y novilladas para ver dirimir es el camino a seguir en un futuro. Esos que repasarán al milímetro todos y cada uno de los animales, principalmente vacas y sementales, para ver cuáles de ellos están dando unos productos óptimos y cuáles no. Este es un tema fundamental a la hora de hacer evolucionar una ganadería y no quedarse estancada.
Un momento clave para ello es la elección de los sementales que irán con las vacas, sin duda el momento clave en una ganadería de bravo junto a la selección en el tentadero. Una mala elección de los sementales puede derivar en que un gran porcentaje de la ganadería de resultados por debajo de lo esperado. En un mundo tan exigente como este no conseguir la regularidad se paga muy caro, de ahí que la obsesión de los ganaderos sea el mantener un equilibrio, el ir poco a poco subiendo peldaños.
Una de esas ganaderías que viene trabajando en la sombra es la cordobesa de Castillo de Azuel, un hierro propiedad de Esperanza Domínguez Castaño, hija de Antonio Domínguez Camacho, ganadero onubense fallecido en febrero de 2021 y afincado en la frontera con Badajoz, concretamente en la localidad de Cumbres Mayores. Una ganadería entroncada en la rama Marqués de Domecq vía Martelilla, ganadería dirigida por David Dominguez Camacho.
La ganadería de Castillo de Azuel también es propiedad de la familia Cañuelo Rojas, y está dirigida por el matador de toros Ángel Luis Carmona. Una vacada entroncada en el encaste Domecq que ahora variará su hierro al adquirir la propia Esperanza Domínguez Camacho, el de Los Recitales, el cual perteneció en su día a la familia Domecq pasando por las manos de Álvaro Domecq y Díez, luego por su hermano Salvador hasta llegar en 1951 a don José Manuel Domecq Rivero. En 1970 lo adquirió Francisco Javier Osborne Domecq para posteriormente ser comprado por Salvador Martín Losada en 1994.
Las últimas manos en las que ha estado este hierro, creado por Juan Pedro Domecq Núñez de Villavicencio en 1937, fue en las de Luis Márquez Murillo para la sociedad Ganadería los Recitales, el cual lo adquiriría de su anterior propietario en 2014. Tras una serie de impagos con la RUCTL el hierro quedó latente, es decir, dormido, pasando a ser propiedad de una Unión que lo sacó a subasta.
¿Qué son los hierros latentes? Según palabras de Antonio Bañuelos, “son hierros con deudas pendientes, es decir, al tener cuotas pendientes con la propia Unión, este es adquirido por la misma hasta una nueva adquisión, no dándole da ningún tipo de servicio, como puede ser los nacimientos, el herradero, altas y bajas de animales…, por lo tanto, únicamente puede ser adquirido por ganaderos que pertenezcan a la propia RUCTL”. +
“Hace años que había una serie de hierros que no tenían actividad, y entonces en 2022 la Unión de Criadores, previo acuerdo por unanimidad de la Asamblea General, acordó el sacarlos a la luz para que otros ganaderos de la propia Unión pudieran llenarlos de contenido -a partir de una cantidad de vacas y un semental- para que pudieran volver a tener actividad” nos recalcaba Antonio Bañuelos.
¿Y cómo es posible que la ganadería de Castillo de Azuel, perteneciente otra asociación, lo haya podido adquirir? Según pudo saber este medio, al ser Esperanza Domínguez Castaño heredera no adjudicataria del hierro familiar de Dominguez Camacho, perteneciente ya a la RUCTL, ha podido tener acceso a la compra de dicho hierro. “Este es el concepto formal para poder adquirir dicho hierro dormido” nos comentaban desde la propia ganadería cordobesa.
Una ganadería que cambiará su hierro, divisa y señal de oreja por el que tenía la ganadería de los Recitales, manteniendo su antigüedad en el 5 de octubre de 1986 al no haber modificado el hierro original. Un cambio que le mete de lleno en la RUCTL a una ganadería enclavada en las cercanías del municipio de Cardeña que viene dando pasos agigantados para dar el salto definitivo a plazas de mayor importancia.
Esta explotación ganadera de bravo reinicia su actividad allá por el año 2016, cuando la familia Cañuelo Rojas adquiere animales de los Hnos. López Candel, procedentes de la rama Torrestrella, esa que aumentará más adelante con vacas de otras ganaderías entroncadas en la rama Domecq. En la actualidad cuenta con algo más de 160 vacas, un gran porcentaje de ellas, casi el 70% procedentes de la ganadería de El Freixo vía Daniel Ruíz y Garcigrande, así como una rama menor procedente del encaste Maribel Ibarra vía Moura adquirida a la ganadería de Los Rodeos. Una vacada que también se nutre de varios sementales de “Toros de El Torero” y de El Freixo.
