CAMPO BRAVO

Paco Camino y su sueño ganadero a los pies de la Sierra de Gredos


lunes 5 agosto, 2024

El matador sevillano apostó hace varios lustros por una sangre que actualmente pasta en ese país que tanto le dio: México.

Paco Camino
Paco Camino, a la derecha, y a la izquierda un toro santacolomeño. © Pablo Ramos

Una de las grandes figuras del toreo que ha dado Sevilla ha sido sin duda Paco Camino, espada que tomó la alternativa el 17 de marzo de 1959 de manos de Jaime Ostos y Juan García Mondeño ante astados de Urquijo de Federico. Una tarde donde saldría en volandas tras pasear una oreja de “Mandarín”, toro de su alternativa y del sexto de la tarde. Tendría que esperar al 12 de mayo de 1961 para su confirmación de alternativa, donde Julio Aparicio actuaría como padrino y José María Clavel como testigo en una tarde donde se lidiaron astados de Pérez de San Fernando.

Carrera donde triunfó prácticamente en todas las plazas de relevancia a ambos lados del charco. Fue líder del escalafón taurino en 1963 y 1966, dos años claves en su carrera, esa donde amén de grandes triunfos también pagaría con sangre su entrega. Pese a no ser madrileño, Camino es considerado un torero de Madrid, en sus 20 temporadas como matador salió 12 veces por la Puerta Grande, quedando únicamente por detrás de Santiago Martín ‘El Viti’.

Santa Coloma, el gran encaste del maestro Paco Camino

Paco Camino
Paco Camino. Foto: Toromedia

Se retiró definitivamente de los ruedos en Valladolid el 23 de septiembre de 1983, volviendo de forma puntual para darle la alternativa a su hijo Rafi Camino en Nimes allá por 1987. Un diestro que entendió a la perfección al toro de Santa Coloma, un animal con el que consiguió importantes triunfos a lo largo de su carrera, sangre con la que formaría su vacada, esa que asentaría en tierras cacereñas de Talayuela.

Una vacada creada en 1996 al amparo del artículo 5 bis b) de los Estatutos de la RUCTL, con vacas y sementales de la anterior ganadería de D. Francisco Camino, procedentes de Santa Coloma (Joaquín Buendía). Tanta es la calidad y pureza de sus reses que José Chafik se llevó hace una década tres camadas de añojas de este hierro para fundar su ganadería española de “San Martín” en la que pretendía aglutinar lo mejor de todas las ramas de este encaste.

Santa Coloma
Una imagen de archivo de una vaca de Santa Coloma. © Pablo Ramos

“El encaste que más me gustaba era Santa Coloma, pero tenía que matar muchas más corridas de otra gente que Santa Coloma solamente. Eran bastantes hierros y encastes distintos, ahora todo es muy igual” comentó en una entrevista concedida a los compañeros de Diario de Sevilla con motivo de sus Bodas de Oro como matador de toros. Un espada que sigue cuidando con mimo ese ganado con el que formó la vacada de “Los Camino” en el citado año 96, un hierro que tal y como ha podido saber este medio y confirmar de fuentes cercanas a la ganadería, vendió recientemente una partida de animales de sangre Santa Coloma a tierras mexicanas como refrescamiento.

Con su fallecimiento se va una figura importantísima del toreo a ambos lados del charco, un espada que cambió el toreo en México, país donde ha ido a parar gran parte del ganado que seleccionó durante años en su finca cacereña. Para muchos ha sido el torero más importante de la historia moderna del toreo, un espada muy completo, ese que se puede sentar en la mesa de espadas históricos como Joselito ‘El Gallo’. Torero con una cabeza privilegiada y un valor a prueba de bombas, ese que conquistó Madrid con sus más de 10 salidas en hombros, le quedó la espinita de Sevilla, una plaza donde triunfó de novillero y ya de matador de toros con un ejemplar de Cuadri.

Sus vacas, rumbo a Xajay

Los grises de la casa Camino están de luto pese a ser actualmente propiedad de la vacada mexicana de Xajay, hierro que adquirió un número importante de esas reses que había seleccionado el «Niño Sabio de Camas», un torero distinto a todos, una figura indiscutible del toreo que prefirió disfrutar de sus animales en festejos menores y a puerta cerrada antes que acudir a esas grandes ferias donde su toro no era bien visto por los veterinarios.