Como ya hemos contado en más de una ocasión son muchos los toreros que acaban cumpliendo el sueño de ser ganaderos, hombres del mundo del toro que deciden entregar parte de su patrimonio a ese animal que les dio todo en la vida. Si echamos la vista atrás la lista es interminable existiendo matadores de toros que se arruinaron en el intento, otros que mantuvieron la ganadería para el disfrute personal e incluso algunos que consiguieron meter la cabeza en las ferias lidiando tanto novilladas como corridas de toros.
De esa larga lista formada por nombres tan ilustres como Juan Belmonte, Paco Camino, El Viti, Antonio Ordóñez, Espartaco, Ponce o Julián López ‘El Juli’ se cuela ahora el aragonés Alberto Álvarez diestro nacido en la taurina localidad de Egea de los Caballeros lugar donde también tomaría la alternativa en septiembre del 2003 de manos de Víctor Puerto y José Antonio Morante de la Puebla. Una tarde muy especial para un espada que tuvo su presentación en público en la localidad jiennense de Santa Elena en junio de 1996.
Confirmaría la citada alternativa en 2005 con los toros de Isaías y Tulio Vázquez en presencia de Aníbal Ruiz y Martín Quintana una calurosa tarde del mes de julio sin encontrar ese triunfo que iba buscando. La dificultad de abrirse hueco en la profesión hizo que el aragonés se planteara nuevos retos dentro de la profesión tomando la decisión de hacerse ganadero de bravo un paso adelante del que no se arrepiente. Para conocer más sobre su vacada descolgamos el teléfono para hablar con un matador de toros que desde 2020 enfoca su vida al cuidado de 300 cabezas de ganado entre las que se encuentran 170 hembras y 3 sementales.

Tras una charla previa nos metemos en harina para conocer los motivos que le llevaron a adentrarse en el mundo de la ganadería de bravo: “No tengo ningún antecedente ganadero. Mi afición y pasión por el toro me ha llevado a embarcarme en esta aventura. Si te soy sincero yo soy torero pero siempre me he considerado un poco torista, el ver un animal embestir hasta morir creo que es algo inexplicable, la bravura es todo un misterio y me encanta intentar buscarla”.
Alberto sabía que no valía cualquier tipo de ganado de ahí que buscara una sangre que le llenara como aficionado: “Una vez que decidí dar el paso pensé que tipo de toro quería criar y tras un tiempo meditándolo me animé a comprar una punta de vacas a los hermanos Revesado puro “Torrealta” aunque mi inquietud por buscar la bravura, me hace estar constantemente comprando ganado tirando siempre por la misma línea. Una vez comprado el ganado me di de alta en la Asociación de Ganaderos de Reses de Lidia “R” a la cual estoy encantado de pertenecer”.

Pero para empezar este proyecto lo primero era buscar una finca donde dar cobijo a dichos animales de ahí que buscara unos terrenos en una zona que conoce bien: “Me encuentro en un paraje muy agrícola, aquí las extensiones no son muy grandes, pero sí, muy productivas. En mii familia hemos sido siempre agricultores y eso me da una ligera ventaja a la hora de la alimentación, algo fundamental para la cría del ganado” no comentaba.
Alberto tiene claro que busca la bravura por encima de todo, este quiere tener un toro que le llene como aficionado pero que también permita el toreo: “El toro que sueño es aquel que es capaz de sobreponerse al castigo y venirse arriba durante la lidia. La bravura es la clave de todo. Ese es el animal que pone a todos de acuerdo. Luego las hechuras son fundamentales como se suele decir el toro además de serlo tiene que parecerlo”.

Con una base genética importante en su casa Alberto sabe que el tiempo es crucial para no meter la pata, este sabe que debe tener paciencia e ir puliendo en casa ese tesoro que adquirió a la familia Revesado: “De momento, mis pasos a seguir es torear muchos animales en casa e intentar cogerle la medida a la ganadería, tenemos una suerte que por esta zona son muy comunes los festejos populares y ahí también es una prueba para verles la bravura y el fondo que tiene” explicaba el espada aragonés.

“Más que un ganadero, como referente, desde que me he emprendido esta andadura, lo que les tengo es un gran respeto y admiración, una profesión o más que eso, una vocación que implica mucha dedicación al alcance de muy pocos. Por último quiero añadir que detrás de una gran afición al toro, ahí también una gran afición a los animales”, finalizaba.