En el término municipal de Rueda (Valladolid) se encuentra la Finca Los Expolios, en la que pasta la ganadería de Eladio Vegas, un hierro que viene trabajando en silencio y con unos resultados muy interesantes en los últimos años. Se trata de una ganadería poco conocida que mantiene las sangres de Domecq y Atanasio, dándole sello propio a cada una de las dos ramas que conforman una ganadería muy particular.
El de Eladio Vegas es un hierro que está llamando a las puertas para entrar poco a poco en las plazas de mayor repercusión, ya sea con novilladas o corridas de toros. Por el momento ya está entrando en algunos cosos con sobreros, estando en el tejado de los veedores de Las Ventas el darle la oportunidad de tomar antigüedad.
Gracias a los compañeros de MiCorazónEsTaurino nos acercamos hacia tierras vallisoletanas para ver unas imágenes poco usuales en el campo bravo y que únicamente se dan en contadas ocasiones. Un vídeo que cuenta con miles de visualizaciones desde su publicación en enero de 2022 y que se hizo viral hace meses al ser publicado en distintas redes sociales.
Su ganadero echa pie a tierra para dar de comer a los utreros de un cercado próximo a los cuatreños que componen la camada del pasado 2022. Eladio les da de comer todos los días, de ahí que los toros le conozcan tanto por su olor como por su voz y le respeten cuando entra en el cercado. Pero siempre hay que tener precaución y conocer las reacciones de los animales, sus querencias y si hay algún toro pegado, algo que debería ser tenido en cuenta por aquel que entra en el cercado.
El peligro siempre está presente, nunca hay que acortarle los espacios ni desoír las advertencias de unos animales que no toleran que le les invadan sus terrenos, algo que podría ser fatal. El toro bravo pese a su nobleza es imprevisible y el exceso de confianza puede ser muy peligroso.
El toro bravo le teme al hombre de dos piernas, al hombre y al de cuatro, caballo, ya que su instinto les recuerda a los depredadores que siglos atrás trataban de cazarlos, sin embargo, al coche o al tractor no lo extrañan en absoluto al no asociarlos con aquellos que siglos atrás se acercaban para abatirlos. Recordemos que el toro bravo ataca por instinto, por bravura y no para cazar, ya que es una especie herbívora.