ENTREVISTA

Ginés Marín: “Me ha cambiado la vida”


viernes 26 mayo, 2017

Eran las nueve y catorce minutos del anochecer de ayer en Madrid cuando crujía su plaza de latidos al natural: Ginés Marín salía a hombros; ahora, ya en frío, atiende a CULTORO para explicar su tarde.

Eran las nueve y catorce minutos del anochecer de ayer en Madrid cuando crujía su plaza de latidos al natural: Ginés Marín salía a hombros; ahora, ya en frío, atiende a CULTORO para explicar su tarde.

JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO

Eran las nueve y
catorce minutos del anochecer de ayer en Madrid cuando crujía su plaza de
latidos al natural. Aquel pequeño jerezano que se escondía entonces debajo de
los asientos del microbús que transportaba a los agentes en servicio a los
toros de la Feria de Jerez para no pasar por taquilla se hizo hombre pagando
con toreo a la primera del mundo ayer en su confirmación. En las horas posteriores
al gran triunfo con el extraordinario toro de Alcurrucén, Ginés Marín atiende a
CULTORO.

Mirabas de reojo a la
Puerta Grande cuando salías por ella, Ginés, como diciendo que volveré. Y te
quedan unas horas tan sólo para hacerlo, ¿qué se te pasaba por la cabeza
durante ese tiempo antes de salir en hombros? Los que hemos seguido tu trayectoria
sabíamos que este momento tarde o temprano tenía que llegar, pero ha sido el
día de tu confirmación como tantos otros grandes toreros de la historia, ¿qué
se te pasaba por la mente en ese instante de la Puerta Grande?

Fueron momentos de mucha emoción, vi reflejado todo el
esfuerzo y la dedicación de toda mi vida al toreo. Son momentos muy emotivos,
en los que uno se siente el más privilegiado del mundo.

Hemos entrevistado
esta mañana al ganadero y el titular que ha dejado es que es un toro que podría
haber descubierto a cualquier torero que no tuviera valor de hacerle el inicio
de faena que le dejaste, ¿cuándo exactamente te percataste la condición
extraordinaria del animal? ¿En qué tercio?

Me gustaba ya el toro de hechuras, y aunque fueron un poco
frías las primeras embestidas de capote, sí tuvieron clase y colocándose y
empujando muy bien. En el capote ya lo vi y en banderillas, en un par de
capotazos, vi que podría ser un toro importante. Y respondió a esas expectativas.

Ese inicio de faena
fue de apuesta, ¿qué se te pasaba por la cabeza en ese instante y por qué
elegiste esa forma de iniciar la labor?

Todos sabemos que en Madrid las cosas gustan pronto y en la
mano, no le gustan dudas ni probaturas, y luego como había visto el toro sabía
que iba a responder. Creía que era el inicio más acertado y había que intentar
cuajarlo de principio a fin como así fue.

Además, Juli no puso
las cosas fáciles en una tarde en la que también estuvo a punto de acompañarte
a hombros, por lo que era complicado cambiar la moneda. Salió ese toro, a pesar
de las protestas del inicio, y lo cuajaste. Serías el hombre más feliz del
mundo.

Sí, totalmente. Fue una tarde muy intensa en la que disfruté
mucho tanto viendo torear como toreando. Son de estos días en los que el
trabajo diario se refleja en la plaza y en el tendido.

Lo de tu padre, los
que lo veíamos en el callejón vibrar con tu toreo porque sabía que te estaba
cambiando la vida, fue increíble, ¿cuál fue la primera mirada y cuáles fueron
sus primeras palabras?

Desde que decidí ser torero ha llevado, al igual que yo,
mucha lucha y sacrificio. Lo que ocurrió ayer él lo disfrutó tanto como yo. Fue
un día emotivo para todos y de mucha emoción: dando la vuelta al ruedo los dos
nos emocionábamos.

¿Y tu apoderado?
¿Cuáles fueron las palabras de un José Cutiño que apostó por ti en la Olivenza
del 2014 hasta erigirte como fundamental en este 2017?

Que después de tanta lucha era muy bonito lo que había
pasado. El toreo es así, de un día para otro te cambia la vida, y ayer fue una
de esas tardes en la que te la cambian.

Hay un refrán que
dice que unos las firman y otros las torean. Y ahí está al salir Pamplona y
Bilbao la próxima semana, y aunque las ferias francesas están ya hechas casi al
completo, y aunque el destino no quiera que le pase nada a ningún compañero,
aquí está un Ginés Marín que ha salido a hombros de Madrid con ganas de comerse
el toreo.

Ojalá que no haya ninguna sustitución en toda la temporada,
aunque es difícil. Ojalá que ningún torero tenga que coger una sustitución porque
es buena señal. Estoy seguro de que podré entrar en las ferias.

Ahora a por la de El
Torero en otro cartel muy de Madrid, ¿has visto la corrida? ¿Has estado
tentando en esa casa en las últimas semanas?

Es una ganadería que me gusta y a la que le tengo mucha fe
puesta. He visto la corrida en el campo y me gusta mucho. A poco que ayuden los
toros será seguro que otra tarde importante.

FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ-OLMEDO