El anuncio de Ginés Marín en la corrida de Victorino Martín dentro de la Feria de Albacete 2025 no es un simple apunte más en la hoja de ruta del torero extremeño: es un gesto de torería y orgullo profesional. En un año en el que ha quedado injustamente fuera de ferias donde en temporadas recientes había dejado huella con triunfos rotundos —como Santander, Huesca o Gijón—, su inclusión en el cartel más exigente del abono albaceteño supone un mensaje directo al sector. Marín ha decidido dar un paso adelante, aceptar un hierro exigente y responder con hechos en la arena a un sistema que, pese a sus méritos, lo ha relegado en varias plazas clave.
Este gesto lo reafirma como un torero con ambición, personalidad y valor, que no pierde el pie ni ante los jóvenes que vienen pujando fuerte ni frente al peso de las figuras consolidadas. En lugar de buscar comodidad, Marín elige la vía del compromiso, enfrentándose a uno de los hierros más serios del campo bravo, compartiendo cartel con Rubén Pinar y David Galván en una de las corridas con mayor carga torista y responsabilidad de toda la feria. En un ciclo marcado por el equilibrio y la reivindicación, la presencia de Ginés Marín frente a los victorinos es, sin duda, uno de los alicientes más auténticos y valientes del serial manchego.