Tras cortar una oreja de peso al quinto toro de José Escolar en la corrida de este martes en la Feria de San Isidro, Gómez del Pilar atendía a a este medio aún con la emoción a flor de piel. El toledano firmó una faena intensa, de entrega y verdad, ante un toro exigente que no regaló embestidas. La plaza lo reconoció con fuerza. El palco, tras una fuerte petición, también.
– ¿Cómo valoras la faena de ayer?
Gómez del Pilar: Cuando se torea poco, necesitas ferias como San Isidro que tienen esa repercusión. Estoy muy contento y ya con la cabeza en Vic, que también es una plaza importante. Es verdad que están muy seguidas, pero me ilusiona mucho. Sobre la faena de ayer… quizá no fue una faena redonda de principio a fin, sino un toma y daca constante, una lucha para que el toro aguantara una serie más. Fue una faena de emoción, y eso la gente lo percibió. Nadie en la plaza se aburrió.
– ¿En algún momento temiste que te cogiera?
Gómez del Pilar: Sí, claro. Hubo una serie por el derecho en la que el toro venía buscando mucho hacia los adentros, sin terminar de salirse, y pensé que me iba a echar mano. Por eso estoy tan satisfecho. Fue una actuación de aguante y exposición, y aunque no haya sido la faena más rotunda de mi vida, ojalá sirva para que lleguen más oportunidades. La temporada es larga.
– Una faena de emociones. ¿Cómo la viviste tú desde dentro?
Gómez del Pilar: Desde el principio noté que el toro quería coger ritmo. En el capote ya venía un poco por dentro por el izquierdo, pero cuando cogí la muleta fue más claro por el derecho. Tenía nobleza, quería coger los engaños y humillar, aunque con mucha transmisión. Fui buscándole esas virtudes desde el principio, en el caballo, en los toques…Con la muleta me sorprendió: me dio cuatro o cinco arrancadas muy fieras, que tuve que templar para marcarle yo el ritmo. Creo que eso fue clave. Me llegaron a decir que se me notaba disfrutando, que hasta sonreía. Y sí, es verdad, le vi cosas buenas y me dejé llevar. Las dos primeras tandas por el derecho fueron las más rotundas, porque me permitió ganarle ese paso, dejársela en la cara y ligar los muletazos.
– Ya eres un torero imprescindible en Madrid. ¿Lo sientes así?
Gómez del Pilar: Yo creo que cuando uno es torero, lo es para torear. Pero como todos sabemos, hay dos caminos: uno más fácil y otro más duro. Yo estoy en el difícil, pero con ilusión. Ayer, por ejemplo, me levanté muy tranquilo, descansado. Sentía que algo bueno iba a pasar. Sólo pedía que el toro me dejara ser yo mismo. Cuando eso pasa, se crea una conexión muy especial.
– ¿Tienes en mente alguna gesta importante en Madrid?
Gómez del Pilar: A veces lo he pensado, pero solo para mí. Nunca lo he comentado con nadie. Es algo muy difícil, porque necesitas tener la cabeza muy bien amueblada y estar físicamente a tope. No es fácil, pero no lo descarto. Madrid es mucho Madrid.
– Y ahora, con la mirada puesta en Vic-Fezensac. ¿Cómo afrontas esa próxima cita?
Gómez del Pilar: Con mucha ilusión. Es una plaza de primera que siempre me ha tratado muy bien. Fue la segunda plaza importante que me abrió sus puertas, y allí viví una tarde muy especial, cuando le corté dos orejas a un toro de José Escolar. La tengo muy presente, y cada vez que vuelvo lo hago con respeto y responsabilidad.
