JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO
No estaba en la
plaza, pero le salió cara la apuesta a Simón Casas ayer en Madrid. El primer
torero por el que apostó en toda la temporada, el joven toledano que se partía
a entrenar cada mañana por conseguir el sueño de confirmar en la capital, el
guerrero que hoy sacó alma por derechazos para hacer el toreo en el tercero, paseó
su primera oreja como matador en la capital. Y le vendrá bien al Noé que paseó
premio el haberse hecho fuerte con una de Dolores Aguirre, aunque el maldito
sistema lo comience a etiquetar ya de promesa sólo porque ha confirmado y
reafirmado en su doble actuación capitalina frente a dos hierros duros. Esa
será otra batalla. Hablamos con el torero.
¿Cómo fueron los días
anteriores a ese compromiso con Dolores en Madrid y hasta llegar a ese premio
en el tercero de la tarde?
El día después se vive como un día normal. Nos hemos puesto
a entrenar. Me gusta ir al campo y ver animales y estar en contacto con lo que
es el toro. Después del triunfo estoy contento, como es normal se analizan las
cosas para ver fallos y corregir defectos y a partir de ahí ojalá y que sirva
el triunfo. Parece que el teléfono está sonando.
Sabría a gloria esa
oreja… ¿cómo viviste en sí la tarde?
La tarde la viví muy metido. Se vio desde un principio que
estaba muy centrado en todo momento. La verdad que cuando uno va decidido,
interiormente no lo pasa bien. Sabemos que hay que arriesgar y cuando uno está
necesitado hay que hacer esas cosas.
¿Cuándo viste que el
toro podría ser de oreja?
Al toro lo vi rápido. Había tenido la oportunidad de estar
en casa de doña Dolores y te marca mucho. Ves las reacciones de los animales y
vas viendo cómo puedes actuar. Viendo cómo era el toro, que iba y venía y tenía
momentos, así reaccioné yo. Esa ganadería suele ser abanta de salida, pero el
toro me gustó, en el caballo no le di mucho y quise ofrecer esa lidia de mostrar
el toro en el caballo. Luego la verdad que con la muleta habría que abrirle un
poco los caminos, torear para él, y en otros había que apretarle. Si no, no
llega ese eco a los tendidos. Me hubiese gustado haberle pegado cinco o seis muletazos
por tanda en vez de cuatro, pero si hubiese hecho eso, en dos tandas se hubiese
terminado. Había que administrarlo y estar inteligente con el toro.
Le salió cara, como
editorializábamos nosotros, la moneda a Simón Casas.
Como empresario tiene que apostar. Tiene que abrir carteles
para que todo vaya navegando y todo vaya bien. Ojalá y en ese momento no
salieron las cosas como queríamos, como pensábamos, como llevábamos en mente, y
la apuesta fue importante. Cuando uno apuesta puede ganar o perder. En este
caso no digo que perdiera pero no gané lo que quería ganar. Ahora se han visto
las ganas, el querer, que no me he dormido en ningún momento. Cuando se torea
menos es difícil levantarse. Merece la pena en días como ayer en días importa.
Comentas que va
sonando el teléfono.
Sí, ahora toreamos el 15 de julio en Céret, matamos la
corrida de Saltillo. Son corridas duras, muy duras, pero hay que también en
estos momentos no me puedo dejar muchas cosas. El teléfono parece que está
sonando. Desde la corrida de Victorino hasta ahora no había sonado y ahora parece
que volvemos a caminar. Ojalá y ahora haya muchas ferias por hacer . Me hubiese
gustado ir a Pamplona, que da ese sitio a los toreros que triunfan, pero no ha
sido posible.
Tan mala suerte como
que presentaron esa misma mañana la Feria…
Por la mañana estaba tranquilo en el hotel, me metí a ver el
sorteo, y vi que habían salido los carteles de pamplona. Me llevé un pequeño
golpecillo, pero había que remontar el día,y por mí que no quede nunca. Eso es
lo menos que se me puede pedir, que por lo menos las ganas y la actitud perduren.
Pueden pasar muchas cosas y hay que estar preparado. El día después es un día
más, hay que seguir entrenando y puliendo cosas.