El
subalterno zamorano Javier Gómez Pascual reapareció el pasado lunes en la Feria
de Santiago de Santander a las órdenes del novillero salmantino Alejandro
Marcos. No ha tenido un año nada fácil: en la Feria de Pascua en Arles escapó
herido después de que un toro de Baltasar Ibán hiciera por él al esperarlo en
banderillas; nada más entrar el verano, salía herido en el campo después de que
una vaca le diera un fuerte golpe en la rodilla. En principio la lesión iba
para largo, pues los médicos que aseguraron que debería cortar temporada, pero
posteriormente el tiempo dio la alegría de la reaparición de Gómez Pascual tan
sólo mes y medio después de aquel tentadero.
Se
volvió a poner delante de la cara del toro el pasado lunes en el coso de Cuatro
Caminos, y asegura que aunque «han pasado sólo cuarenta y cinco días,
todavía no ha recuperado la confianza total delante de la cara del toro. Al fin
y al cabo, son casi dos meses sin vestirse de luces y eso se nota mucho”,
añade Javier. «Llevo un año un poco accidentado, llegó lo de Arles y, tras cuatro
tardes en Madrid, me ocurrió el percance en el tentadero”, señala el
castellano.
En
relación al futuro más inmediato que le toca afrontar a su carrera, comenta que«físicamente
me encuentro bien. El mes de agosto es duro y nos toca movernos, a los
subalternos que no vamos en un grupo especial, en muchos viajes por toda
España. Tienes muchas veces cansancio y ajetreo acumulados y se hace
complicado, pero espero que me deje la lesión disfrutar de mi profesión estos
días”.
Pero no
se ciñe a su estado de salud la entrevista con CULTORO, sino que hace una
llamada de atención acerca de una situación que, en los últimos años, el torero
de plata está sufriendo en la plaza y en el hule: «los toros están esperando mucho
en banderillas últimamente, quizá porque tienen un punto de orientación. Están
produciendo muchísimos percances en banderillas, lo hablaos con frecuencia
entre los subalternos. Me gustaría poner de relieve que en esta época en la que
los toros están embistiendo más que nunca, en banderillas se están poniendo más
difíciles que nunca. ¿Las razones? Podrían atender a que se corren mucho en el
campo… pero nada es seguro”, señala Gómez Pascual.