JAVIER
FERNÁNDEZ-CABALLERO
Gómez
Pascual finalizó el pasado 2015 una de las temporadas más emotivas de su vida.
Se ha colocado como el tercero más importante del escalafón gracias al trabajo
diario, a la lucha y, sobre todo, al incansable amor de aficionado hacia la
Fiesta. Es eso precisamente lo que lo mantiene vivo en medio de una profesión a
veces desagradecida con el máximo esfuerzo que los profesionales le brindan.
Triunfos y sangre recogió en doce meses para el recuerdo de la retina del
aficionado al lado de toreros como Alberto López Simón o Juan del Álamo y
novilleros de la talla de Alejandro Marcos, Zapato de Oro 2015.
«La temporada para
mí ha sido un tanto especial. Tuve dos percances a principio que me frenaron el
año. Tuve una rotura de costillas y una cornada en la cara en Arles y luego una
distensión de ligamentos en el mes de junio. Ha sido positivo el año, que lo
empecé con Juan del Álamo como posteriormente con López Simón. Les estoy muy
agradecido a los dos, como también lo estoy a novilleros tan ilusionantes como
Alejandro Marcos, que también he estado a su lado. Ha sido una temporada de
inflexión, porque he superado una vez más una lesión complicada, lo que me
permitió poder acompañar a López Simón a plazas de nivel a final de la
temporada”,
señala sobre el pasado.
El Lunes
de Pascua de 2015 el subalterno zamorano pasaba uno de los momentos más amargos
de sus últimos años, al ser prendido de forma dramática por el tercer toro de
la tarde en Arles. El de Baltasar Ibán hizo por él cuando se disponía a
ejecutar un par de banderillas: el tranco del animal se adelantó e hizo presa
del torero castellano. «Aquel percance en Arles fue grave, pero
quizá fue aquella «cornada” de una vaca en el campo contra un burladero meses
de junio y julio”.
Fue
peor la segunda, aunque menos dramática en la plaza. Así ocurrió: «Me
gusta mucho torear pero me encanta el campo, algo que considero vital para los
profesionales. Considero vital el campo para el aficionado. Me gusta mucho ver
a los toreros tentar y poderles aportar algo. Surgió un pequeño accidente, pues
una becerra me aprisionó contra un burladero, me lesionó la rodilla y me dejó
parada la temporada. Pero son gajes del oficio. Hay que estar muy pendiente de
todo y a veces cuando menos te lo esperas llegan los percances”, señala
el subalterno.
Alejandro
Marcos será el novillero que cuente con él a principio de temporada, por lo que
se sitúa como el tercero más importante del escalafón plateado y es esa la
razón que lo lleva a ser más fuerte en el ruedo: «Esta temporada han cambiado mis
circunstancias. No voy a seguir ni con López Simón ni con Juan del Álamo. Han
optado por otros toreros. La temporada empieza con intranquilidad pero con
ilusión, pero sobre todo con mucha esperanza junto a Alejandro Marcos. Es un
torero que toreó hasta cuatro tardes en Madrid el pasado año, ganó el Zapato de
Oro y lo tengo muy cerca aquí en Salamanca. Entrenamos muchos días juntos y es
mi gran baza para este año. A parte de eso, tengo grandes amigos como Juan
Diego, Domingo López Chaves o Juan Mora, que esperemos que toree más de una
corrida de toros este año y podamos estar a su lado”.
Alejandro
Marcos es el novillero que aguarda la esperanza de Javier. Ganador del certamen
de novilladas del Alfarero de Oro en Arnedo y destacado en sus actuaciones en
Madrid, donde llegó a tocar pelo y hacer hasta cuatro paseíllos, el de la
Fuente de San Esteban espera afrontar una campaña decisiva en su carrear. «Alejandro
Marcos empezó en Carnavales y tiene muchas posibilidades de acudir en prrimavera
a Madrid. Creo que va a ser un novillero importante y a poco que se le den las
cosas, puede terminar una campaña de matador de toros y con ambiente”.
En
cuanto a las virtudes del buen subalterno se refiere, Gómez Pascual las tiene
bien claras: «La colocación en la plaza es fundamental. Los que llevamos mucho tiempo
tenemos claro que el oficio es clave para eso. A parte, hoy día ser subalterno
exige muchísima preparación física porque estamos ante el toro más atlético de
la historia. El toro está muy movido hoy en día y está saliendo a la plaza
exigiendo mucho. La prueba es que cada vez hay menos banderilleros `veteranos´ en
las filas de los toreros, se está viendo mucho chaval joven con grandes
condiciones físicas y artísticas también. Estoy echando un poco en falta a
banderilleros veteranos en los que casi nos estamos incluyendo porque aportamos
otro tipo de sabiduría a los chavales jóvenes. Pero fundamentalmente lo
importante es la colocación en la plaza para solventar esa movilidad que hoy
día tiene el toro”.
Sabe
que la mentalidad del aficionado en cuanto a la valoración del torero de plata
se refiere ha cambiado. No admite Javier que se haya dulcificado, pero sí
comprende que ahora valora mucho más su labor al estar pendiente de todos y
cada uno de los movimientos que se realizan en el ruedo. «Siempre se han valorado, pero el
profesional y el aficionado lo está valorando mucho más hoy en día. Valora
mucho más la espectacularidad en la plaza. Siempre he sido partidario de banderillear
los toros despacio, de hacer las cosas lo más sencillas posibles y hoy en día
se valoran mucho más los embroques espectaculares, pero ahora los toros
aprietan mucho hacia dentro, no permiten que los toreros salgan despacio de la
suerte. Hay que estar muy atento como tercero para cortar, porque se están
produciendo muchos percance en la zona de tablas. Se está valorando mucho más
la espectacularidad. Hoy en día no podemos tener queja”.
Sobre
si es más de capote o palitroques, Gómez Pascual no duda en afirmar que «por la
labor de tercero me tocan más las banderillas, pero me gusta mucho entrenar de
capote porque sin querer a lo largo del año los terceros tenemos que utilizar
mucho el capote a la hora de cortar los toros cuando se van al caballo de la
puerta. Creo que hoy en día, los terceros, aparte de banderillas y puntilla, se
nos está valorando mucho el toreo de capote porque todos los que nos
consideramos toreros debemos velar porque las lidias sean los más limpias y
pulcras posibles”.
El
futuro de la profesión de torero de plata recae especialmente en los veteranos,
pues deben saber cuajar un devenir de promesas que sepan y comprendan la
importancia del subalterno para la Fiesta. Lo sabe, lo comprende, lo asume y lo
predica Gómez Pascual: «Creo que la profesión de torero de plata
está en auge en el sentido que cada vez se están viendo más subalternos jóvenes
a las órdenes de los matadores y rejoneadores. Hoy en día se están preparando
los banderilleros más que nunca. Hay nuevos toreros que están saliendo banderilleros
y que están haciéndolo fenomenal. Está en alza la profesión y las pruebas están
ahí”, rubrica el zamorano.