JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO /
FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ-OLMEDO
A Caballero no le
asusta el miedo. Le asusta quedarse parado. Sabe lo que quiere y habla el
idioma del riesgo cada vez que tiene delante un micrófono. Habla como siente y
como ha demostrado en el ruedo hasta ahora. Además, después de haber pasado un
duro percance y haber perdido hace unas semanas a su padre, el lunes afrontó
una tarde crucial en San Isidro que le salió cara: no cortó orejas, pero dio
una gratísima vuelta al ruedo para convencer a la primera afición del mundo
frente a un toro nada fácil en seriedad y comportamiento de José Luis Pereda.
Tras tomar la
alternativa en la Feria de Otoño de 2015 por casualidad, cogiendo una
sustitución de Alberto López Simón, era la del lunes su única cita isidril. El
año pasado fue corneado en este ruedo y puntuó con fuerza paseando una oreja de
la corrida de El Ventorrillo, reponiéndose con las carnes abiertas para matar
aquel toro del que sacó fruto. También tuvo una tarde de triunfo y sangre en la
Feria de Santiago de Santander, en la que recibió hasta tres cornadas cuya
recompensa ha sido quedarse fuera de los carteles de este año. Tras su tarde
madrileña, habla con CULTORO.
Gustaste hace tan
sólo unas horas a la afición de Madrid. Haya o no haya toro mostraste que
quieres dar la cara, además, con un toro de máxima seriedad como fue el
cierraplaza.
Ese
sexto toro era imponente. Fue un toro con mucha seriedad y con un
comportamiento exigente. Además tuve una carga emocional muy grande, y en ese
momento me acordé de cómo había afrontado mi padre todo esto que ha pasado,
cómo llevaba las quimios y cómo ha luchado. No me quedaba otra que estar a la
altura, por eso decidí irme a los medios y dejármelo llegar buscando la
emoción. En Madrid merece la pena todo. Fue una lástima que el toro no ayudase
y que no hubiese premio, pero sí quedó el reconocimiento de Madrid. Fue muy
emocionante.
También hay que tener valor para dar la
vuelta al ruedo sabiendo cómo es el sector de Madrid que no lo concibe. Fue
después de un toro que no puso las cosas fáciles. No sé si te había hablado tu
cuadrilla de aquel animal, ¿cómo fuiste evolucionando a lo largo de la lidia tu
concepción sobre él?
Sabía
que era un toro muy serio. Curro Robles y Miguel Martín decían que era el toro
más serio que habían lidiado en Madrid. La verdad que yo estaba un poco
asustado, pero intenté acordarme de mi padre, cogí aire, vi el escenario de
Madrid y decidí irme a los medios, dejármelo venir y buscar la emoción. Sabía
que el toro no tenía ningún tipo de clase y que sería una faena de ley y verdad
en Madrid. Y eso la plaza lo valora.
El recuerdo de tu padre habrá prevalecido.
Ese brindis emocionó a toda la plaza y él te habrá dado fuerzas para sacar la
tarde adelante.
Sí, era
una tarde complicada emocionalmente y había que estar muy firme. Había que ser
muy frío a la hora de reaccionar. En el minuto de silencio, que fue por Víctor
Barrio, me acordé de mi padre. Luego llegó el brindis y también me dejó
sobrecogido. Pude controlar las emociones. El sexto, en otro momento, en otra
situación, ese pedazo de toro con esas reacciones, hubieran pasado otras cosas.
Pero ayer me pude poner muy de verdad, le cité muy de verdad y era el homenaje
a cómo había luchado mi padre. Otras veces que he cortado orejas en Madrid no
ha tenido esa recompensa que sí tuve ayer.
Esa faena al tercero también tuvo
importancia. Era un toro sosísimo al que le intentaste sacar dos o tres tandas,
al menos, con dignidad.
Ya con
el capote vi que iba buscando las tablas. Le pegaba el muletazo por dentro y el
de por fuera se me iba a las tablas. Si le ganaba el paso me quedaba fuera de
cacho, y si no se lo ganaba no cuajaba aquello. Me faltó un poco de fibra con
ese toro, la verdad.
El año pasado tuviste una temporada a sangre
y fuego. Fuiste corneado en Madrid y también por tres veces en Santander. Ahora
no cuenta contigo.
Eso es
un complejo que tiene una persona que piensa que me hace daño a mí y al que
hace daño es al toreo. Quita valor a una cornada de un torero y a una faena de
premio, porque luego fui corneado al entrar a matar y no pude dar muerte al
toro. Al final el perjudicado es el toreo porque se devalúa. Gracias que la
prensa lo ha cantado bien. Seguramente esta gente ya no estará y yo volveré a
Santander. El tiempo pone a cada uno en su sitio, Santander está ahí y yo
volveré.
Ahora junto a Enrique Muñoz de nuevo en la lucha.
Nuevo apoderado, nuevas ilusiones. Hay ferias que no se han cerrado aún, como
Pamplona o Bilbao.
Ojalá
entre en esas ferias, porque son de las pocas ferias que miran bien las
necesidades de los toreros. Ojalá que lo de ayer tenga recompensa. Me haría
mucha ilusión volver a Pamplona. Ahora toca pensar en Torrejón y crecer como
torero. Si me sale alguna oportunidad como esas, hay que tratar de dar un
aldabonazo. Pero sobre todo hay que pensar en crecer como torero.
Torrejón, tu tierra, es una plaza que siempre
cuenta contigo. Se hacen las cosas bien y se llenan. Harás el paseíllo como
mereces entre los tuyos.
Es una
feria referente en el toreo por cómo hace las cosas y por cómo se llena la
plaza. Es un ejemplo de hacer las cosas bien. El que sale ganando es el
aficionado y eso es por lo que debería luchar todo el mundo.
Quedan unos días en Madrid de feria. Unos las
firman y otros las torean, dice el refrán. Ojalá que no pasen nada, pero ahí
está tu nombre por si acaso.
Ojalá
que no pase nada. Madrid está ahí y volveré seguro cuando llegue el momento.