JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO /
FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ OLMEDO
Lo que más le pesa a
Gonzalo Caballero, más incluso que la sangre, es que ésta haya tapado el toreo
que ha dictado en el ruedo. Un toreo que ha estado herrado cada tarde por el
ardor del pitón llevándose la piel, por la quemazón del puñetero hule y por el
huy antes que el ole, que ha sido mayor y bueno. Pero vendrá el tiempo de
añorar lo pasado y disfrutar lo presente: y le llegará al joven la tarde de resarcirse
en su concepto recordando el camino que le ha llevado a la gloria. Ése, es el
que cuenta en esta entrevista.
¿Cómo has terminado
en lo profesional y en lo personal y cómo te encuentras a día de hoy?
Bueno, esta temporada ha sido la primera como matador de
toros y he toreado un número de festejos que me han servido mucho para
encontrarme como torero y evolucionar en mi concepto. La cornada de Madrid fue
una cornada grave, acorté mucho los plazos de la reaparición y tuve una vuelta
bonita en Torrejón. Luego tuve otro percance serio en Santander, pero que si no
llega esa cornada a la hora de entrar a matar la gente hubiera hablado de los
muletazos que pegué con la mano izquierda. El resto de corridas la verdad que
me las planteé como algo personal, no ansiaba el triunfo, no ansiaba las palmas
del público, sólo quería evolucionar, darle sentido a mi nombre, darle
expresión a mi toreo y unas tardes lo encontré y otras no.
En declaraciones
previas a la tarde de Madrid afirmaste que o salías por la Puerta Grande o por
la de la enfermería. Pasó lo segundo. Esa cornada dio importancia a lo que la
carrera de Gonzalo Caballero venía predicando desde su alternativa.
Quiero aclarar que a mí no me gusta hacer ese tipo de
declaraciones, pero por la cita que era quise decir que en el sitio que me iba
a poner era consciente de ello. En ese sitio cuesta mucho ponerse y es ahí
donde llega el triunfo verdadero, no el efímero y temporal. Ahí los toros te
dan gloria. Aquel toro de El Ventorrillo quiso dejarme una dedicatoria en el
muslo izquierdo, pero a pesar de los avisos quise torear a ese toro por ese
lado. Era una tarde a cara o cruz en el templo del toreo y si uno quiere
ponerse en el sitio tiene que pisar esos terrenos. Cuando me pegó la cornada
escuché de verdad las palmas del público de Madrid, por lo que me puse por el
pitón contrario. Era un toro al que costaba trabajo plantarle cara. Esa
cornada, como artista y como torero, me ha hecho crecer mucho.
A lo largo de la
temporada, injustamente, no se ha incluido muchas veces el nombre de Gonzalo
Caballero en el carro de los jóvenes que vienen apretando. No sé si, de alguna
forma, esto te afecta o tu camino va por otros lares y sabes lo que quieres
para conseguirlo en 2017.
Nunca me ha gustado ir en grupo, no me afecta para nada. Sé
cuál es el sitio que piso, también sé cuál es el sitio que pisan los demás y sé
cuál es mi camino. Realmente confío mucho en mis posibilidades. Ahora tengo un
motivo muy grande para alcanzar mis objetivos y no me importa lo demás. Yo
quiero ser feliz toreando, alcanzar la felicidad vistiéndome de luces y
expresarme como artista. Luego la verdad que lo que diga la prensa o la gente
no me afecta.
Hace poco anunciabas
que rompías con Eduardo Martínez, ¿en qué punto se encuentra lo contractual de
tu carrera? ¿Has pensado y decidido ya nuevo nombre o habrá que esperar para
conocerlo?
La verdad que he recibido llamadas y estoy cerca de escoger
una opción, aunque aún no he tenido tiempo. Quiero centrarme en mi familia
ahora, que a lo largo de la temporada la he tenido abandonada. En poco tiempo
ya tomaré una decisión.
¿Habrá alguna fecha
en América?
Para enero o febrero creo que habrá alguna corrida. La
verdad que me hace mucha ilusión porque en América, cuando he estado perdido,
me he encontrado, sobre todo en México. La embestida del toro mexicano es
especial, me hace disfrutar mucho, la gente vive el toreo con mucha pasión, el
tequila inspira mucho y tengo ganas de volver a América.