La historia de la casa Guardiola es amplia, esa que los amantes del toro bravo se conocen al dedillo por tratarse de una ganadería legendaria, esa que durante muchos lustros se mantuvo en las ferias de mayor boato. Una familia que apostó desde sus inicios por el caballo y el toro, dos animales fundamentales para entender la fiesta de los toros. En el término municipal de Utrera -cuna del toro bravo- se encuentra la Finca ‘El Toruño’un lugar donde los toros se refugiaban de las crecidas del Río Guadalquivir en tiempos remotos.
Una familia ganadera que en su tiempo tuvo varias divisas de prestigio donde el encaste Pedrajas y Villamarta eran el icono de una casa de grandes aficionados. Con el paso del tiempo alguno de ellos quedaron vacíos, otros se vendieron e incluso uno de los encastes salió para no volver con el consiguiente hueco que eso dejaba en todos los adicionados al mundo del toro. Se trataba del encaste Pedrajas, ese que durante varios lustros nutrió de su sangre a innumerables vacadas.
Pero en 2014 se decidió poner un punto y final a uno de los proyectos ganaderos más importantes de nuestra piel de toro, ese que los aficionados siempre veneraron y por el que sintieron una predilección especial. Pero no todo eran noticias negativas en esta casa ganadera, ya parte de la familia aún quería seguir manteniendo el legado, de ahí que no se deshicieran de todo el ganado y si se conservara una punta de 30 vacas de origen Villamarta así como dos machos que habían vuelto sin lidiarse de la primera plaza del mundo.
Aquello se llevó con silencio, sin darle bombo a un nuevo camino que actualmente llevan los hijos de Javier y Jaime Guardiola. Una ganadería que poco a poco quiere volver al mercado, eso sí, de momento únicamente lidiando festejos menores. Pero había que buscarle salida a esos machos que ya empezaban a llegar a su edad adulta, de ahí que se vendieran a cebadero para más tarde ser soltados en las calles en sus festejos populares.
Los dos últimos animales de Guardiola Fantoni
Dos de esos animales, los últimos toros con el hierro de la casa fueron adquiridos para ser exhibidos el próximo 14 de octubre en Liria (Valencia). Se trata de “Primerizo”, uno de los últimos descendentes de aquella punta de vacas que se quedó en “El Toruño” tras la venta del resto del ganado. Una apuesta de los peñistas de esta localidad por darle su sitio a un tipo de toro diferente al resto y de los que -actualmente- no quedan toros para exponer en las calles hasta que la familia decida nuevamente apostar por dejar animales con más de cuatro años.