El pasado 2 de agosto, la plaza de toros de Estella vivía una jornada histórica con nombre propio: Guillermo Hermoso de Mendoza se encerraba en solitario ante seis toros de distintas ganaderías, en la que era la primera gesta de estas características en su joven pero consolidada trayectoria. El festejo no solo suponía un hito personal, sino también un acontecimiento taurino de gran relevancia para Navarra, al celebrarse en la localidad natal del rejoneador. Y lo cumplió con creces, ya que dio una tarde de dimensión y buen toreo.
Con este gesto, Guillermo seguía los pasos de su padre, el maestro Pablo Hermoso de Mendoza, y lo hacía precisamente en el lugar donde debutó como profesional. La fecha, cargada de simbolismo, reflejaba la madurez, la ambición y el arraigo del rejoneador navarro, que ha querido que este desafío se produjera en su casa, frente a su gente, y en un escenario que forma parte esencial de su historia.
Estas fueron las imágenes del festejo: