SEVILLA

Guillermo Hermoso, de nuevo una tarde de compromiso y temple en su feudo de Sevilla


domingo 4 mayo, 2025

El rejoneador navarro siguió marcando un gran nivel en una tarde en la que el acero esfumó el premio ante su primero y sí paseó oreja de otra entonada labor frente al sexto.

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Guillermo Hermoso esta tarde en Sevilla. Foto: Porcuna

Guillermo Hermoso ofreció, de nuevo, una tarde de compromiso y temple en su feudo de Sevilla. El rejoneador navarro siguió marcando un gran nivel en una tarde en la que el acero esfumó el premio ante su primero y sí paseó oreja de otra entonada labor frente al sexto. Así hemos narrado sus dos actuaciones:

Cortito de cuello y de unas hechuras poco reconocibles en este encastez fue el tercero, astado al que paró Guillermo a lomos de Nómada. Se avivó el animal tras recibir el primer rejón, quedándose este en el tercio una vez el navarro entró a cambiar de cabalgadura. A lomos de Ecuador Hermoso dejaría una banderilla de poder a poder batiendo al pitón contrario antes de recorrer la mitad del anillo con el toro encelado al tordo animal. Midió los tiempos perfectamente Guillermo, ese que dejaría dos pares clavados en una perra gorda donde expuso ante un toro con viveza. Con Berlín puso al público en pie, el castaño con el hierro de la casa toreó dando ambos lados de la grupa, para clavar más tarde en todo lo alto una sensacional banderilla. Buen animal este de la casa jerezana que acometió con transmisión y verdad a la cabalgadura. Para clavar las rosas y un par con las cortas a dos manos utilizaría a Esencial, animal que pisa los terrenos del toro. Tras enterrar el rejón de muerte perdió una oreja de peso por el mal uso del descabello.

Se fue Guillermo a recibir al sexto de la tarde a lomos de Jíbaro, toro muy en tipo de la casa que acometió con transmisión a la cabalgadura montada por Guillermo. Al igual que el resto de sus hermanos únicamente se le colocó un rejón de castigo para no castigarlo en exceso. Sacó la artillería en banderillas, Berlín entraba en escena para aprovechar la prontitud y la movilidad de un toro con cierto temple al que le dejó clavó dos pares muy jaleados por los tendidos. Pese al buen hacer del navarro el público volvió a mostrar frialdad con su sobria y templada actuación, esa que finalizaría a lomos de Esencial con un par a dos manos ante un toro que se fue hacia los terrenos de sol buscando su querencia. Tras un rejón algo trasero volvió a echar pie a tierra para acabar con el animal con un certero golpe de verduguillo. La petición fue poco a poco tomando cuerpo hasta ser considerada mayoritaria por el palco.