CAMPO BRAVO

Así son los toros y vacas que ‘resucitarán’ el legendario hierro de Hernández Pla


miércoles 11 diciembre, 2024

Un año después de la compra de este mítico hierro, Cultoro vuelve a hablar con su actual ganadero para saber los últimos pasos dados en la ganadería y visita su finca alcarreña.

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Un semental, dos vacas y un becerro de Hernández Pla en la finca alcarreña. © Pablo Ramos

Hace un año este medio informaba sobre la salida a subasta de una serie de hierros dentro de la RUCTL que estaban dormidos o latentes debido a los impagos que sus propietarios tenían con esta centenaria unión de ganaderos. Pero esta subasta tenía letra pequeña: únicamente podían acceder a ella ganaderos que ya perteneciera a ella, algo por lo que nuestro protagonista de hoy aprovechó para pujar.

Se trata de José María López, criador de bravo que ya tenía en su poder la célebre vacada de Concha y Sierra. Una puja a sobre cerrado que puso en sus manos los derechos del hierro de Hernández Pla: «La compra fue un poco por casualidad, vi que salía a subasta una serie de hierros y pensé que era una buena oportunidad para tener uno de ellos en casa. Si bien es cierto que tenía en la cabeza adquirir en de Pérez de la Concha, ahora te digo que esto feliz con esta apuesta que hice por el de Hernández Pla. Gracias a Dios todo salió bien y me hice con él, creo que al final todo pasa por algo«.

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Varios animales de Hernández Pla. © Pablo Ramos

Un ganadero que ha probado suerte con la sangre Vazqueña procedente de Concha y Sierra, un tesoro genético que todavía conserva en la finca ‘El Maquillón’ de Almoguera (Guadalajara). Pero José María también apostó en su día por el encaste Domecq al comprar de vacas de Manuel Vidrié y sementales de Torrealta y El Torreón para abastecer los festejos populares que organizaba, aumentando dicho proyecto ganadero con la adquisición de vacas de Daniel Ruiz vía Felipe Garrigues y Garcigrande/Domingo Hernández que llevarían por separado.

López nunca se ha cerrado a un tipo de sangre, buscando una embestida que le llenase como aficionado y ganadero: «Siempre me gustó el encaste Santa Coloma y en especial su línea Buendía, por eso al comprar este hierro tenía claro que las vacas y sementales tenían que ser de esta rama. Aquí hay vacas y sementales de varias ganaderías punteras, este es un capricho que me di, y como tal no compré los ejemplares al azar, sino viendo reatas, pelajes y hechuras. Ver las hembras parir es un espectáculo en esta época del año, es un regalo de la vida».

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Un becerro de Hernández Pla. © Pablo Ramos

Tras liarse la manta a la cabeza y comprar este prestigioso hierro llegaron a su finca de Guadalajara una serie de animales para empezar de cero este bonito proyecto: «Lo primero que adquirí fueron las últimas vacas que había marcadas a fuego con el hierro de Hernández Pla en Portugal. Luego con el paso de los meses me hice con vacas de Adolfo Rodríguez Montesinos, Los Maños, Rehuelga y Flor de Jara, cuatro ganaderías contrastadas y con líneas muy concretas que yo buscaba. Como te dije esta ganadería me la tomo como un capricho, creo que es un tesoro genético a preservar”.

Una sangre distinta a todas, un tipo de animal que siempre tuvo este ganadero en la cabeza: «Aposté por esta sangre por la cantidad de posibilidades que me da, es un encaste que se encuentra en un momento estupendo, hay ganaderías que han alcanzado una regularidad enorme. Se trata de un tipo de toro único, un animal que impone respeto, pero que una vez podido se entrega al torero. Yo me aburro con el toro previsible, y este de Santa Coloma nunca lo es».

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Otra de las vacas de Los Maños que harán la recuperación de la ganadería de Hernández Pla. © Pablo Ramos

Una vacada que ha ido aumentando progresivamente el número de vacas hasta llegar al número que este tenía en la cabeza: «Actualmente tenemos unas cien vacas y seis sementales, creo que es un número idóneo para el momento que está la ganadería, si todo va bien aumentaremos progresivamente, pero esto es algo que no me preocupa. Todavía no empezamos los tentaderos, hace poco tuvimos el primer herradero de esas hembras que vinieron preñadas o ya paridas, tengo una ilusión bárbara por verlas embestir en la placita de tientas».

Pese al poco tiempo que lleva con la ganadería este anda ilusionado con los futuros productos sin meterse prisa ni querer saltarse pasos que luego le hagan tener que retroceder: “El objetivo va a ser ir dando pasos cortos, pero seguros, la idea es anunciarme en festejos menores dentro de dos o tres años. Las novilladas son muy importantes por eso mi objetivo es ver de añojos y erales a los primeros machos herrados en casa, no tengo prisa ninguna en lidiar utreros, eso llegará cuando la ganadería se asiente y tengamos vistos ya varias camadas. En el toreo las prisas nunca han sido buenas”.

FOTOGALERÍA: PABLO RAMOS