El campo charro guarda un sinfín de historias bravas que, en su conjunto, conforman el pasado de un animal mitológico. Es una de las cunas históricas del toro bravo y, al hablar de una amalgama de hierros emblemáticos, hay que nombrar el de Antonio Pérez-Tabernero, una de las joyas de la cabaña brava, que tuvo su esplendor en la segunda mitad del siglo XX y que ostenta el orgullo de ser la ganadería que más corridas de toros ha lidiado en la historia de la plaza de Las Ventas.
Una historia que comenzó en los primeros años del Siglo XX tras heredar D. Antonio Pérez-Tabernero Sanchón la vacada familiar. Tras eliminar el ganado que pastaba en la finca, este decidió apostar por la sangre Murube y Gamero Cívico para crear así un proyecto propio desde cero. Un criador de bravo que marcaría a sus animales con el histórico hierro de la “AP”, eliminado paulatinamente la sangre adquirida a D. Luis de Gama (Murube) y apostando por la rama Gamero Cívico-Mora Figueroa, ambas puras de Parladé-Tamarón.
A su muerte la vacada fue gestionada por su hijo Antonio Pérez-Tabernero Montalvo, un excelente ganadero que siguió preservando esa sangre por la que su padre siempre había apostado pese a tener otras sangres en su casa que llevaba por separado en otro hierro. Tras su fallecimiento se decide eliminar todo el ganado bravo que había en manos de la familia, quedándose su hija Dª Delfina Pérez-Tabernero Angoso con el famoso hierro de la “AP”. Sería en marzo del pasado año cuando ésta se lo cede a su hermana Begoña, apostando por volver a darle vida a través de la vacada de su marido, D. Javier Moreno Arocena (Miranda y Moreno).
A raíz de la llagada del hierro de la “AP” a casa de Dª Begoña Pérez-Tabernero Angoso se abre un nuevo camino para este tesoro que llevaba varios años sin marcar ganado bravo. Una vez celebrado el herradero llevado a cabo el pasado martes en la finca ‘Collado de Santa Ana’, este medio quiso ponerse en contacto con la propia ganadera, atendiéndonos amablemente su marido y actual cabeza visible de la vacada de Moreno Pérez-Tabernero, antes Miranda y Moreno.
Javier Moreno: «Es una gran responsabilidad para la familia tener este hierro en casa»
Pasados unos minutos de la cita concertada con D. Javier Moreno Arocena, éste nos atiende rápidamente el teléfono; se le nota ilusionado con el nuevo proyecto ganadero, ese que ha vuelto a poner en el foco a este célebre hierro salmantino: “Es una gran responsabilidad para la familia tener este hierro en casa por todo lo que representa para esta. Sabemos la historia que tiene detrás, la relevancia que adquirió en el mundo del toro. Marcar a fuego los animales que en su día saltaron a las plazas más importantes con el hierro de D. Antonio Pérez de San Fernando pesa”.
Un hierro que empieza desde cero pese a estar más que consolidado el proyecto familiar: “Aquí se decidió marcar a fuego el 50% de los animales con un hierro y el otro 50% con el otro. No se ha tenido en cuenta las reatas, todo forma parte del mismo proyecto, son dos hierros con una misma sangre, no hay más” nos comentaba Javier. Respecto al número de animales marcados a fuego no fueron muchos los que pasaron por la manga: “Este herradero fue pequeño ya que nos quedamos con el hierro de AP cuando las vacas que se cedieron estaban paridas en Moreno Pérez-Tabernero”.
«En casa todo lo que hay es Parladé-Gamero Cívico, es decir, lo mismo que tuvo el padre y el abuelo de mi mujer»
Una ganadería que se ha nutrido de la sangre que en su día formó el proyecto de Miranda y Moreno, ahora Moreno Pérez-Tabernero: “En casa todo lo que hay es Parladé-Gamero Cívico, es decir, lo mismo que tuvo el padre y el abuelo de mi mujer; me explico. D. Antonio Pérez-Tabernero Sanchon hizo varias compras, una primera a D. Luis de Gama, ganadero portugués que tenía sangre Murube, luego amplió con vacas de Gamero-Cívico y más tarde se hizo con 50 vacas de Mora-Figueroa y el semental Azulejo. Pasado un tiempo eliminó la sangre de Murube, por lo tanto, “AP” se quedó como un hierro puro Parladé-Tamarón, misma sangre de la que procede la actual ganadería”.
El objetivo de este nuevo proyecto es volver a darle vida a un hierro que llevaba varios años dormido, y que durante décadas copó los carteles de las principales ferias con las máximas figuras del momento: “No se trata de recuperar un encaste, este ya estaba en casa desde hace años. Si me permites hacer un símil que todos van a entender, aquí no se ha cambiado el piso, sino que se ha reformado, la genética sigue siendo la misma”, explicaba.
Al componer esta vacada una sangre ya contrastada por la familia, este proyecto no empieza de cero, sino que ya viene con un camino trazado desde que en 1994 compraron vacas de Las Ramblas/El Torero, José Luis Marca y César Moreno (Juan Pedro de los años 1960): “Nuestro objetivo es el mismo que con la ganadería que ya tenemos en casa, y ese no es otro que lidiar en esas plazas donde quieran ver una corrida nuestra. Es verdad que sería bonito lidiar corridas de seis toros con un mismo hierro, pero eso lo marcarán las camadas y los animales que reseñe cada empresario” comentaba para dar por finalizada esta entrevista.