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El himno que 14.000 aficionados taurinos de Manizales cantan al unísono antes de las corridas y que pone los pelos de punta


lunes 9 enero, 2023

La afición taurina de Manizales sigue respondiendo pese a los ataques continuados del Gobierno de la Nación a la Fiesta brava.

Manizales
La plaza de toros de Manizales cantando al unísono el himno. © Twitter

La ciudad colombiana de Manizales resiste con su afición taurina pese a las piedras en el camino que el Presidente de la Nación sigue poniendo en el camino. La abolición de los toros está en su hoja de ruta, algo que ya demostró cuando era alcalde de la capital del país. Un político que ya intentó dinamitar las dos ferias más importantes del país con la excusa de anunciar en los carteles a un novillero de 15 años -Marco Pérez-, algo que, por otro lado, permiten las leyes del país.

Por eso es de aplaudir que en una plaza como Manizales el aficionado acuda cada tarde pese al señalamiento de algunos. Una Feria que cada año da pasos hacia adelante con la inclusión de las figuras y nuevos toreros. Durante su semana de toros la afición no duda en acudir a los escaños de esta coqueta plaza para seguir apoyando a una fiesta brava que tiene más vida de la que muchos se piensan.

Fruto de ello es el himno de la ciudad con el que la afición cafetera recibe a los toreros antes de romper el paseíllo, ese que suena instantes antes de que lo haga el himno del país. “¡Manizales, beso tu nombre, que significa juventud, beso la orilla de tu Cielo y de pie te canto salud!”.

«¡En el estadio (y soy abonado de toda la vida) jamás se canta el himno con tanto orgullo! Que los toros se acaben el día en que la gente deje de ir a la plaza», comentaba Pedro Giraldo en redes sociales minutos antes del festival taurino a celebrar en la plaza de toros de Manizales el pasado 5 de enero en el que trenzaban el paseíllo Antonio Ferrera, Emilio de Justo, Román, Luis Miguel Castrillón, Juan de Castilla y Tomás Rufo.

Una noche donde más de 14.000 almas llenaron hasta la bandera una plaza que goza de una gran salud y donde diariamente se llenan los escaños de la misma para disfrutar de una tarde de toros. Son tiempos convulsos para la tauromaquia en el país, pero Manizales aún resiste gracias a una juventud que no reniega de sus raíces ni de las nuevas modas impuestas por la sociedad. Con Bogotá asfixiada por una alcaldía que hace inviable los festejos taurinos, con Medellín cerrada a cal y canto, Cali y Manizales se erigen como las banderas del toreo en un país donde la afición sigue acudiendo a esas plazas de menor entidad.