FUNDACIÓN EL JULI

Ignacio Ruiz y Jesús García ganadores del VIII Trofeo Escuela de Arganda


domingo 15 febrero, 2015

Emotiva jornada de gran toreo, en sintonía con el fondo musical y con novillos bravos y nobles

Emotiva jornada de gran toreo, en sintonía con el fondo musical y con novillos bravos y nobles

Inolvidable resultó la octava edición del Trofeo Escuela de Arganda celebrada ayer en la sede de la Fundación El Juli. Ignacio Ruiz y Jesús García fueron designados ex aequo como los triunfadores. Tanto ellos dos, como varios de los jovencísimos aspirantes a toreros de la escuela del maestro Julián López «El Juli», deleitaron y sorprendieron al público presente, con momentos verdaderamente emocionantes. Todo ello ante cuatro novillos de las ganaderías Ventorrillo-Camponuevo y El Soto que fueron compañeros y aliados de los alumnos por su excepcional comportamiento, especialmente los lidiados en segundo y cuarto lugar, un derroche de ritmo, bravura y nobleza, y que fueron premiados con la vuelta al ruedo. 



Antes, por la mañana, tuvo lugar un tentadero en el que participaron los alumnos más noveles del centro madrileño. Destacaron Álvaro de Faranda y Jesús García, que se ganaron su inclusión en la clase práctica vespertina.



A las cuatro de la tarde arrancó el paseíllo de la clase práctica, amenizada, como el resto del festejo, por el joven violinista Marcos Núñez, que estuvo acompañado por el guitarrista Antonio Andújar. Los cuatro novillos serían lidiados por cuatro parejas de novilleros: Alejandro Gardel y Alejandro Rodríguez; Ignacio Ruiz y Francisco Manuel Ramírez; Alfonso Ortiz y Adrien Salenc; y Álvaro de Faranda con Jesús García.



En el primer novillo se acopló mejor Alejandro Rodríguez, que se entregó y además se gustó en varios momentos muy jaleados por el público y sus compañeros, haciéndose merecedor de estoquear al animal. Gardel estuvo incomodado por el viento, pero pudo mostrar el concepto que le ha convertido en una de los novillero sin picadores estrella del escalafón. Dos orejas.



La lidia del segundo novillo fue uno de los puntos álgidos del certamen. Todo fue creciendo en intensidad. Ramírez, que con 14 años tiene un corte y una figura de torero inmejorables, estuvo enorme y apunta a un futuro importante de continuar evolucionando. Llegó el turno de Ignacio Ruiz, de Torres de la Alameda. Aunque estuvo algo nervioso al principio, una vez que se templó, ayudado por la cadenciosa y mágica sinfonía que llegaba desde el palco por parte de Marcos Núñez, Ignacio cuajó al gran novillo con una rotundidad realmente emotiva. Arrastró la muleta por el albero con ritmo, profundidad, temple y sentimiento. Los circulares y los cambios de mano pusieron la guinda del pastel, y la pareja fue premiada con los máximos trofeos.



El castaño lidiado en tercer lugar se movió, pero no lo hizo con la clase y el ritmo de sus hermanos. El francés Adrien Salenc estuvo dispuesto como siempre, participando en quites, banderilleando y buscándole las vueltas al novillo con gran capacidad, pero esta vez fue imposible el brillo. Mostró gran mejoría el joven Alfonso Ortiz, aunque algún desarme inoportuno emborronó un poco su actuación. Dos orejas para Salenc y Ortiz.



En ultimo lugar participaron los dos becerristas que brillaron en el tentadero matinal. Y ambos se superaron. Cierto es que el novillo fue un dulce, una exquisitez cada vez que embestía, pero los alumnos supuestamente más «verdes» de la clase práctica se hicieron con la tarde. Álvaro de Faranda, de Arganda del Rey, habiendo toreado muy poco, o casi nada, se expresó como sí llevará varios años como novillero e hizo disfrutar en varios naturales de gran calado. Pero la sensación del Trofeo fue el pequeño Jesús García. Acogido al principio con simpatía por el público, poco a poco se fue metiendo en el corazón de los presentes con un toreo virtuoso y bellísimo. Ralentizó los toques y deletreó los muletazos. Ligó y bordó los remates, improvisación y torería. Los muletazos finales a pies juntos, de frente, fueron auténticos carteles de toros. Emocionaba la escena, silencios en las pausas, el violín, la guitarra y el rugir de los aficionados cada vez que el crío hacia pasar al fenomenal astado. Evidentemente, Álvaro y Jesús pasearon las dos orejas y el rabo.



Al finalizar el festejo tuvo lugar la entrega de premios. Ignacio López, director de la Fundación El Juli, destacó la intensidad de los momentos vividos durante la jornada y agradeció la participación desinteresada de Mario Palacios y Amor Rodriguez, dos novilleros con picadores surgidos de la escuela y que ejercieron como directores de lidia. También ensalzó la calidad de los artistas que pusieron el bello fondo musical durante las faenas. 



Tras la entrega de diplomas a los 30 alumnos participantes, Ignacio, acompañado por los profesores José María Plaza y Angel Gómez Escorial, anunció que, dado el sobresaliente nivel mostrado en la clase práctica, se obsequiaría a todos los novilleros con una muleta de Julián López «El Juli». Pero el triunfador debía ser uno, aunque en este caso, dada la igualdad, se decidió que el trofeo fuera compartido por dos alumnos: Ignacio Ruiz y Jesús García, premiados con un busto con la figura de El Juli y un capote del maestro para cada uno. Para finalizar, y en una nueva exhibición de compañerismo y amistad, los alumnos sacaron a los dos triunfadores en hombros. Un día para recordar.