El fuego es el peor enemigo del campo, y a pesar de que nos encontramos en una época de copiosas lluvias en la práctica totalidad del país, hay partes de las fincas de bravo que son más vulnerables, como las naves que guardan las pacas de paja -ya que éstas se encuentran totalmente secas-.
En este caso, un incendio ha asolado la finca de la ganadería gaditana de Lagunajanda, según ésta ha expuesto en su cuenta de Instagram: «Queremos agradecer públicamente la ayuda espontánea que nos han prestado, además de Bomberos, Policía y Guardia Civil, todos los linderos y colaboradores de Finca Jandilla en la extinción del incendio de un pajar de más de 400 pacas destinadas a la alimentación del ganado bravo en estos tiempos tan difíciles», señalaban desde Lagunajanda.
Y citaban una «especial mención a los Hermanos Molina por su aportación más allá de la esperada por la vecindad. Muchísimas gracias a todos».
Sobre la ganadería de Lagunajanda
En tierras de Medina Sidonia, muy cerca de la preciosa Vejer de la Frontera se encuentra la mítica finca de Jandilla junto a su vecina de El Horcajo. A escasos kilómetros de Benalup y Casas Viejas una amalgama de hierros y fincas legendarias se abren paso.
Lagunajanda, Salvador Domecq o Rehuelga son esos hierros que se encuentran por una de las zonas más ganaderas de nuestra baja Andalucía, esa que dio cobijo a los toros de Juan Pedro Domecq -primero- y más tarde al hierro de Jandilla hasta que este viajó hacia tierras de Mérida. En la próxima Laguna de la Janda también pastaron los animales de la familia Mora Figueroa, así como los que criara el mítico hierro de Rincón con el que se marcaban -y marcan- a fuego los animales de Carlos Núñez.