El pasado domingo se lidiaba en la localidad portuguesa de Montemor un festejo de rejones en el que estaban anunciados los rejoneadores portugueses Rui Salvador, Miguel Moura y Luís Rouxinol Jr con una corrida del hierro sevillano de Partido de Resina. Con tres cuartos de plaza cubiertos se celebró un festejo que no dejó a nadie indiferente.
En el país vecino está prohibida la muerte del toro en la plaza salvo en la localidad de ‘Barrancos’, allí desde 2002 es legal celebrar corridas de toros a la española, amparadas por su carácter tradicional. En este contexto, en Montemor uno de los toros de la divisa de Partido de Resina volvió a la finca del mismo nombre por petición expresa de su ganadero.
Al no darse muerte al toro el público no tiene la potestad de pedir el indulto, por lo que de hacerse será de una forma más extraoficial., no siendo el asistente a la plaza consciente de dicho indulto. Concretamente fue el cuarto de la tarde, un toro que le cayó en suerte a Rui Salvador, el cual a través de su red social Instagram publicó el siguiente comentario tras este histórico momento: «Tuve el privilegio de ser el primer rejoneador de alternativa en indultar un toro de Partido de Resina (Pablo Romero). El nº2 de 580 kilos, de aspecto y apariencia impecable, el cual ya se encuentra en la finca, en el centro de Doñana, cerca de Sevilla«
Una noticia que no ha trascendido a los medios españoles y la cual sin duda supone un hecho histórico sin precedentes en el país vecino. ‘Zapatero’ ya ha recibido las primeras curas y se encuentra en uno de los corrales anexos al caserío de la finca. El tiempo dirá si se convierte en uno de los sementales importantes de la casa.
Según hemos podido conocer de boca de Joao Pedro Silva; banderillero de la cuadrilla del rejoneador portugués Rui Salvador, el cual nos habló así de ‘Zapatero’:«el toro dentro de lo grande que era, fue un animal fino de cabos y de expresión noble. En el capote tuvo ritmo, temple y fue siempre hasta el final, para el rejoneador fue el más claro y noble del festejo. Rui Salvador lo entendió muy bien, le dio sus tiempos y pudo disfrutar de sus arrancadas. Pese a tener virtudes había que hacerle las cosas muy bien, porque de no ser así se desordenaba. Me gustó el fondo de casta que sacó el toro».