Ismael Martín, que confirmó su alternativa esta tarde en Las Ventas, señaló lo siguiente al micrófono de Telemadrid tras su obra al primero: “He intentado hacerlo toro para cuidar al toro y para mantenerlo. He intentado limpiar siempre los muletazos, pero al toro le ha faltado transmisión. La entrega es la base principal de mi toreo y he intentado hacerlo en Madrid”. Así hemos narrado al ejemplar:
El ‘Chorlito’ que hizo primero, muy entipado en lo que era el cruce con Contreras en esta casa, mostró muy buena condición en las telas, pero una acusada invalidez que hizo surgir el pañuelo verde en el palco. Corrió turno para que saliese el que iba a lidiarse en quinto lugar, un ‘Descreído’ que lucía una percha agresiva y un enfibrado tipo Domecq. A ese lo saludó Ismael con dos largas cambiadas en el tercio y un manojo de delantales bien abrochados con una media y una revolera, bien traídas ambas, al ir quedándose más corto el animal. Regateó el toro al llegar al penco y peleó de mentira, con más genio que bravura. El quite de oro le instrumentó el matador a la salida del caballo, con una escobina en la que se vio el escaso fuelle que contenía el animal. Por eso le vino muy bien la carrera para atrás con la que lo sacó El Fandi del caballo sin pegarle un solo capotazo. Mucha exposición tuvo el último par de un tercio de banderillas bien firmado por el charro. Tuvo un detallazo con Isidoro de Prado, su peón de confianza, al brindarle el toro de la ceremonia. Inteligente anduvo luego, al ejecutar un personalísimo toreo de suavidad por ambos pitones, con dos o tres pasos entre pases para afianzar el buen tranco del toro. Muy bien al aprovechar los viajes, dado que no podía fiar nada a la transmisión de un animal que no la tenía, y supo perder pasos sólo en los interludios, quedándose muy quieto para mimar la embestida al arrancar el de Mayalde. Pero esa falta de poder y de fuerza lastró un trasteo mucho más que digno. Una estocada hasta el pomo coronó una obra impecable por parte del confirmante.