“En mi familia no ha habido ningún antecedente taurino como tal, incluso hay anti taurinos, pero yo siempre he tenido curiosidad por los toros”. Esta es la carta de presentación de Israel Guirao, novillero valenciano, alumno aventajado de la Escuela de Tauromaquia de la Diputación de Valencia, cuyo primer contacto con el toro, como tantos jóvenes de su zona, tuvo lugar en los bous al carrer.
“Aquí en Mislata hay mucha afición al toro en la calle, y la primera sensación que recuerdo cuando veía toros, es miedo. Recuerdo ver toros y tener miedo, incluso pesadillas. No sé cómo pase de eso a querer torear. Fue por curiosidad, supongo. Le dije a mi madre que quería apuntarme a la escuela taurina. Ellos me llevaban al fútbol, a karate, pero a los nueve años me apunté a la escuela taurina y a esa misma edad toreé mi primera becerra. Los primeros años era como un juego, pero en los últimos tiempos ya he tenido claro que quiero dedicarme a esto profesionalmente”, relata.
Sobre sus gustos taurinos, sus preferencias, Israel asegura que “no me gusta tener un solo un referente, porque no quiero ser una copia de nadie, pero si es cierto que José Tomás me encanta. El halo que envuelve a su persona… Manolete también… pero en realidad me quedo con cosas de muchos toreros, por ejemplo de Roca Rey admiro la regularidad y el poder que tiene, de Juan Ortega como para los toros, de Morante… bueno de Morante admiro todo, porque es un torero muy completo”.
Con estas preferencias, y aunque asegura que nunca le ha gustado explicar su toreo (“me gusta más expresarlo”) admite sin embargo que “Me gusta torear lo más puro posible, llevar al toro enganchado desde adelante y vaciarlo detrás de la cadera, siempre intentando poder a los animales, que creo que es lo más importante”.
Aunque su concepto está basado en la pureza, como él mismo reconoce, también es consciente que “somos novilleros y tenemos que poner un puntito de alegría, porque si no no llegas al público”. Sin embargo ahonda en su preferencia por los cánones clásicos “porque ahí encuentro la profundidad, que al final es lo que me llena a mí, más que cualquier adorno”.
Después de destacar en un buen número de clases prácticas representando a su centro de formación, y de su brillante debut de luces el pasado mes de marzo en Ontur, Israel tiene por delante varias fechas, aunque hay una que le tiene especialmente motivado, el 6 de junio, en Nîmes. “Me hace muchísima ilusión, porque además de torear en ese templo, supone mi presentación en Francia. Es un escaparate ideal y sobre todo, una nueva oportunidad de que mi nombre seguía sonando”, concluye.
