JAVIER
FERNÁNDEZ-CABALLERO
Olivenza
está a la vuelta de la esquina. La temporada 2016 ya «se pone guapa” para
empezar con la Feria del Toro a repartir glorias a los aficionados. También el
coso oliventino se pone a punto para su cita del año, un auténtico Ferión que
se en tres días compendia a la ciudad pacense el centro neurálgico
internacional de la tauromaquia. El culpable de esa puesta a punto del coso
extremeño es Jacinto Ortiz, que más que propietario del coso es un trabajador
para que la Feria del Toro fructifique en el éxito que desde su presentación se
sueña.
«La Feria está muy
consolidada después de 26 años al frente de ella. Este año, desde antes de
estar los carteles ultimados ya comienza la petición de abonos por parte de
todos los lugares de España”, señala Ortiz en cuanto a los carteles de esta edición se refiere.
En este serial se ha llevado a cabo el lema «En Olivenza nada es imposible”, todo un alarde de facultades de una
idiosincrasia basada «en que en tantos años se han hecho tantas
cosas, que teníamos que recalcar que nada es imposible en este ruedo después de
tantas cosas importantes que hemos visto. En este ruedo han pasado cosas
realmente trascendentes y se muestra que puede pasar cualquier cosa positiva”.
Jacinto
se encarga más de la parte a pie de calle, de saber qué ocurre entre el
aficionado oliventino: «El tema de contrataciones lo lleva José
Cutiño directamente, que lleva esa gerencia y está de su mano aunque
lógicamente lo consensuamos”. En cuanto a la propiedad y a cómo se
encuentra la plaza, Ortiz señala que «desde mediados de enero empieza la
remodelación total. Estamos metidos en ese proceso. El agua que está cayendo
ahora nos tiene interrumpidos, aunque es muy necesario. La idea es que la gente
se lleva la impresión de un recinto pulcro. Estrena los accesos del público de
sombra, se pisará un nuevo piso y el aficionado que repite notará un cambio
tremendo en los accesos”.
Todos
los lugares taurinos de España, Francia, Portugal y América tienen constancia
del serial extremeño, en el que se acercan aficionados «de todos los lugares más
insospechados del mundo. Componen los carteles toreros internacionales este
año. Independientemente de eso, el público que es el que mantiene este
espectáculo viene de todas partes. Para un fin de semana acuden a esta localidad
pequeñita y difícil de llegar, con ciertas dificultades, viene más de un cuarto
de siglo viniendo”.
Ginés
Marín, el torero de casa, se encerró el pasado mes de septiembre con seis
novillos de diferentes hierros. Sobre el balance de aquel festejo y si podría
volver a celebrarse en esa fecha en la localidad, Ortiz añade que «el balance
fue extraordinario. Olivenza goza hoy de un privilegio, porque cuenta hoy con
un gran novillero que está en camino de ser figura del toreo. No todos los días
nace un torero en una localidad pero en Olivenza no cabe una Feria en
septiembre. Cabe la que cabe, en marzo, que es un auténtico logro. Aquella fue
una gesta benéfica en la que tuvo una actuación estelar”, rubrica.