HUELVA

Zulueta y el don del temple


miércoles 31 julio, 2024

El sevillano sale en hombros tras pasear tres apéndices de una buena novillada de Pereda, Carlos Tirado pincha una obra de pura inteligencia al tercero en una tarde donde Enrique Toro sorteó a un segundo de gran importancia hasta que se rajó

Javier Zulueta
Javier Zulueta.

Javier Zulueta, Enrique Toro y Carlos Tirado hacían el paseíllo, este miércoles, en el Coso de la Merced de Huelva en la primera de abono de la Feria de Colombinas. Se lidiaba un encierro de José Luis Pereda.

El sutil trazo a zurdas de Zulueta le vale la oreja del primero

Abrió plaza un astado de José Luis Pereda noble y con buen ritmo a zurdas pero muy medido de fuerzas. Salió suelto del capote para más tardes embestir con más velocidad que ritmo. Buscó imprimirle suavidad el sevillano a un astado que siempre tuvo mejor embroque a zurdas pese a no humillar en exceso. Aprovechó ese pitón para cincelar pasajes de gran cadencia ante un novillo al que no podías apretar por su escaso motor. Se gustó y gustó el sevillano en una labor medida donde a penas tomó la derecha debido a la condición del novillo. Tras pasaportar al animal paseó un apéndice.

La disposición de Enrique Toro no pulen las interesantes virtudes de un segundo que acabó rajado

Fue todo disposición Enrique Toro con el precioso segundo, un animal colorao de Pereda que tuvo transmisión y humillación en el capote y al que el joven novillero lanceó con más disposición que lucimiento. Un utrero que tuvo prontitud y disparo pero que acabó rajado en tablas. Mientras que duró exigió poder y sometimiento en un trasteo donde primó el acompañamiento. Dejó pasajes sueltos que llegaron a los tendidos, pero no acabó romperse por abajo con un animal que se abría, muchas veces en exceso, por su condición. Con el animal ya muy en tablas únicamente pudo mostrar disposición. Se atascó en la suerte suprema, sonó un aviso y fue finalmente silenciado.

Carlos Tirado pincha premio tras una inteligente y centrada faena al desigual tercero

Ya con el capote dejó buenas sensaciones un Carlos Tirado que todo lo quiso hacer despacio, un novillero que en todo momento le dio al novillo aquello que pedía. Le imprimió suavidad cuando este lo requería, y mayor mando cuando el animal se sintió por encima del novillero. Suave fue su comienzo por bajo, siempre abriéndole los caminos y pulseando su embestida. Mientras que el animal duró dejó pasajes estimables donde jugó con las alturas y las distancias del utrero en fases donde el ejemplar onubense sacó cierto temple gracias al buen hacer del novillero. Inteligente y reposado aguantó las embestidas en línea recta de un novillo que embistió a media altura y en ocasiones picando por dentro. Cuando el de Pereda perdió el gas bajó la persiana. Porfió el joven novillero acortando las distancias y metiéndose en sus terrenos. Ahí quizás se le notaron algo más las carencias del que empieza, pero las tapó con una gran disposición. Tenía la oreja en la mano pero se atascó con la tizona, sonó un aviso siendo finalmente silenciado.

Zulueta pasea las dos orejas tras una templada faena al manejable cuarto

Volvió a puntuar Zulueta en el cuarto de la tarde, una labor donde Volvió a sacar a relucir su buen gusto ante un ejemplar de ritmo cambiante. Ya con el capote dejó detalles sueltos, pero fue en la muleta donde se gustó de verdad. Toreó por momentos con las yemas y la cintura partida, fruto de ello fueron unos inoportunos desarmes cuando toreaba en redondo. Acertó en llevar empapado de muleta a un astado que tendió a embestir con ritmo y son cuando iba enganchado, de lo contrario se desordenaba. Por el lado izquierdo también se gustó el sevillano dibujando naturales de gran cadencia. Cierto es que hubo alguna fase del trasteo donde no acabó de cogerle la distancia al animal, quedando los muletazos más deslabazados. Volvería a elevar su nivel en un final de obra con el de Pereda ya muy venido a menos. Muy torero fue su final de faena, ese al que uniría una estocada entera, pero algo tendida que le valieron las dos orejas.

Enrique Toro se estrella con el deslucido quinto

No dio opciones el quinto de la tarde, un animal abanto y mansurrón que derribó al caballo tras cogerlo por los pachos. El de Pereda también puso en aprietos a una cuadrilla que vio como el animal siempre tendió a acortar el viaje. Toro porfió en una labor tesonera, un trasteo donde buscó meter en el canasto a un ejemplar que nunca quiso entregarse. Lo mejor vino en una serie en el centro del anillo donde le corrió bien la mano a media altura llevando templado a un animal que tras esa tanda se aburrió y se fue hacia la querencia. Sonó un aviso siendo finalmente silenciado tras atascarse nuevamente con los aceros.

Carlos Tirado escucha dos avisos con el manejable pero desentendido sexto

Tampoco ayudó nada el sexto, un novillo protestado por gran parte de los tendidos que se quedó finalmente en el ruedo tras pasar sin pena ni gloria por el jaco. Salió siempre suelto el de Pereda en los compases iniciales de un trasteo donde el sevillano no se dejó llevar por el desaliento. Le buscó las vueltas por ambos pitones pero el animal siempre tendía a embestir con la cara alta y soltando la cara. Algún muletazo suelto pero sin la ligazón necesaria para que su faena tomara vuelo. Volvió a atascarse con los aceros siendo silenciado tras sonar dos avisos.

FICHA DEL FESTEJO

Coso de la Merced, Huelva. Primera de la Feria de Colombinas. Novillada con picadores. Media entrada.

Novillos de José Luis Pereda. Con buen ritmo a zurdas un primero de justo motor; con chispa y transmisión el humillador pero rajado segundo; de embestida a media altura un desigual segundo que se movió sin demasiada entrega; con movilidad y cierto temple el manejable cuarto; sin celo ni entrega un deslucido quinto que pasó más que embistió; de geniuda y pasadora embestida el desclasado y rajadito sexto.

Javier Zulueta, oreja y dos orejas.

Enrique Toro, silencio tras aviso y silencio.

Carlos Tirado, silencio tras aviso y silencio tras dos avisos.