PACO MARCH
De entre los toreros que buscan y luchan su lugar al sol de la Fiesta, ese que permite verse anunciado en las ferias y plazas de la geografía taurina, el valenciano Jesús Duque es un ejemplo de constancia y preparación. Desde aquella alternativa de lujo en la Feria de Fallas de 2014, nada menos que con Enrique Ponce como padrino y ‘El Juli’ de testigo, Duque ha sumado menos contratos de los esperados pero, a la que ha podido, dejando constancia de que sus ilusiones tienen la base de un concepto muy sólido del toreo, apuntalado en la base imprescindible del valor.
A punto de embarcar a la América taurina donde ya tiene un nombre y le esperan algunos contratos, conversamos con él y la primera pregunta hace referencia a cómo está viviendo estos meses desde del invierno taurino:
“Estoy en Salamanca, en el campo, con una preparación constante. Me vine en agosto y estoy muy feliz, todo con la vista puesta en el 2018 que estoy convencido va a ser una temporada muy bonita para mí”.
Para encararla cuentas con un cambio en el apoderamiento, que vuelve a ser con Alipio Pérez Tabernero, que ya estuvo contigo hace un tiempo.
“Sí, he vuelto con él, le tengo gran confianza y además me une una gran amistad. Lo conozco desde hace mucho, en toda mi etapa como novillero sin picadores estuvo conmigo, me ayudó y enseñó muchísimo. Ahora es volver a otra vez con alguien que desde un principio confió en mí, que por circunstancias se separaron los caminos pero ahora volvemos ambos con la misma ilusión de aquella etapa y ya como matador de toros. Estoy convencido de que me va a aporta mucho taurina y personalmente, me da tranquilidad y pelaremos juntos”.
En todo este camino desde la alternativa, difícil y en el que la recompensa al trabajo llega con cuentagotas ¿has tenido algún momento de flaqueza?
“Es indudable que se producen momentos de desesperación, de pensar si todos los sacrificios, la preparación, sirven para algo. En mi caso, además, sin desatender a la familia cuando han necesitado que echara una mano en el negocio familiar pero siempre teniendo muy presente mis prioridades como torero. Es más, me llena mucho, el que cuando los contratos no llegan pueda ayudar a los míos y, cuando salgo a la plaza, me siento mejor, más motivado aún. Me siento doblemente feliz. Pero sí, pese a ciertos momentos de duda, el toreo puede con todo y vuelvo a pensar como cuando era un niño y mi única obsesión era y es torear y, a ser posible, llegar a figura del toreo”.
En tu tauromaquia pienso que conviven dos toreros, dos maneras de afrontar tu compromiso con el toreo que van de la mano: una tiene que ver con el valor y la otra con el sentimiento artístico.
“A mí me gusta interpretar el toreo como lo siento, eso que todos reconocemos como el toreo de siempre, el que hacen y han hecho toreros en los que me he fijado mucho, que son referentes. El maestro Julio Robles y el maestro Manzanares son dos espejos en los que más me he fijado, también el maestro Paco Camino, para mí uno de los más grandes. Busco, desde mi personalidad, el clasicismo, la pureza, ahí es donde intento gustar.Lo que pasa es que teniendo en cuenta las ganaderías que suelo torear hay que tirar de valor, que al fin y al cabo es también imprescindible para alcanzar esa pureza que te comentaba. Los toreros que han alcanzado ese grado de magisterio de pureza y verdad lo han hecho desde el valor que no es sólo ponerse de rodillas o cosas similares. El valor es torear muy despacio, hacer las suertes muy puro e interpretar el toreo desde el corazón”.
Ahora, como estos últimos años, vuelves a América.
“Allí me siento muy querido y respetado, algo que no sucede siempre aquí. Se vive el toreo de forma diferente, te lo hacen llegar y cuando regreso de México a España vuelvo con las ilusiones renovadas, para torear mejor. Voy a estar allí un mes, lo que me apena es que voy a pasar las navidades lejos de la familia, pero al final es lo que quiero, voy a torear, que es lo que más deseo. De momento tengo dos corridas de toros y un festival y estoy muy ilusionado”.
Cuando regreses, la temporada española ya estará ahí, con las ferias de tu tierra, Castellón y Valencia entre las primeras.
“Esa es mi ilusión. Por ejemplo, volver a Valencia, a mi plaza, volver a triunfar allí, después de no estar en las Fallas pasadas. Además un triunfo allí me abriría con más fuerza la posibilidad de confirmar en Madrid, que es el gran objetivo de este año. Este invierno en Salamanca estás siendo muy productivo en mi evolución y eso se va a ver en las plazas, estoy convencido. Sólo falta que lleguen las oportunidades para demostrarlo. Valencia y Madrid son mis retos, mi ilusión y, si llegan, los afrontaré con absoluto convencimiento en mis posibilidades. Alipio va a pelear por ello y por mi parte, con la espada y la muleta, la papeleta la soluciono yo”.