JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO
A pesar de que lo apodera una casa española -los Ruiz
Palomares- y de que pasa en España gran parte de su vida y de sus
entrenamientos, Jesús Enrique Colombo no ha perdido aún la capacidad de
sorprender porque no se le ha visto por los sitios de mayor responsabilidad, y
aun así ya se conoce su nombre. Esa es, tal vez, la mejor virtud de la
dirección de carrera que le están realizando al venezolano. Máxime cuando abre
el cartel de esta tarde, en virtud de su debut en la Plaza México el 18 de
marzo de 2015.
CULTORO ha querido estar cerca del novillero venezolano en
las horas previas a su gran cita en Madrid y, sobre todo, después de destacar
en Sevilla. Sobre aquella tarde, ha señalado que «llegué muy motivado. Como llegan
todos los novilleros. Me topé con un lote que no me dio ninguna opción. Fue el
lote con menos posibilidades, ninguno de los animales me propició estar a la
altura de llegar a algún triunfo. Ahora tengo Madrid y ojalá embista alguno”,
añade.
Desde su tarde en La México ha tenido un duro camino de
medirse a sí mismo ante las dificultades, de participar en los certámenes de
más prestigio, medirse a los novilleros más punteros y a las novilladas de los
hierros más duros, pero siempre pisando ruedos de garantía de calidad en los
espectáculos ofrecidos. Fueron 17 tardes las que pisó los ruedos en 2016 y ya
van seis tardes en este 2017, donde sobresale la ovación que saludó en La
Maestranza sevillana, porque este es el año de su exposición pública.
«No pude hacer nada. Son de esas tardes que no puedes expresarte como
tú quieres. Los novillos fueron parados y no pude hacer casi nada. Me vine de
vacío sin poder demostrar nada”, comenta sobre el compromiso. Serio en
su concepto del toreo, no parece venezolano en la forma de parirlo, porque
cuenta con la sobriedad y la elegancia de los toreros de Castilla y con un
valor que le permite pisar el lugar comprometido y trazar muy despacio. Esta
tarde Madrid despejará su incógnita.
Solamente hacer el paseíllo en aquel escenario «era un
sueño. Era algo muy bonito. Aquello es una pintura. La Maestranza es impecable.
Da gusto torear ahí”. Respecto a los días posteriores y su preparación para
Madrid, asegura que ha estado «tranquilo, esta semana ha sido más tranquila.
Antes de Madrid, solo he hecho un tentadero. Madrid es clave, pero tengo
también Santisteban del Puerto y varias cosas más como Béziers, pero Madrid es
la clave para desbloquear puertas”.