TEXTO: JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO / FOTOS: LUIS SÁNCHEZ-OLMEDO
El empresario de Lances de Futuro, José María Garzón, y el matador de toros Joaquín Galdós han llegado a un acuerdo de apoderamiento para dirigir la carrera del torero peruano. Tras tomar la alternativa en la Feria de Istres, su decena de festejos en 2016 se resumen en una grandiosa tarde: la protagonizada en Dax junto a Curro Díaz y José María Manzanares.
Este año volvió a repetir en el bastión galo triunfo, tras una confirmación de alternativa en Madrid sin demasiada suerte con la “juampedrada”. Ha sido, sobre todo, una campaña de cuajarse en plazas de menor importancia para el peruano, de hacerse fuerte en la pequeñez y de lograr en esas diecinueve corridas de toros labrarse el camino interior que tarde o temprano fructificará. Ahora, tras oficializar su apoderamiento, hace balance del 17.
José María Garzón es un apoderado y empresario de acusada personalidad por poner el alma en cada proyecto en el que se involucra, ¿cómo surgió el apoderamiento?
Desde que lo dejé con Antonio Sanz a inicios del mes de agosto, he estado preocupado en torear todas las corridas que tenía hechas ya y he ido escuchando las propuestas que me iban apareciendo, sin preocuparme todavía demasiado mientras estaba en temporada. Sí es verdad que Garzón era el apoderado que a mí me gustaba de siempre. Y desde inicio de campaña lo he dicho: ¡cómo me gustaría tener un apoderado como el de Garrido! Sabía cómo estaba haciendo las cosas, con la dedicación con la que afrontaba su carrera… pero yo lo veía imposible porque sabía que estaba con Garrido. Tras la ruptura, y a través de una persona se lo comentó, se sentó, y vio que mi carrera no tenía por qué chocar con la de Garrido, y de un momento a otro vi que podría ser. Como persona creo que es entrañable y sincera y como apoderado me gusta. Tener fuerza profesionalmente también ayuda.
¿Cómo ha sido el seguimiento de tu carrera por parte de José María Garzón desde que eras novillero hasta ahora?
Tengo una muy buena amistad con José Garrido y coincidí con él en la finca de su hermano Luis en Portugal. Me conocía, sabía cómo era yo como torero y sabíamos el uno del otro, pero nunca ni él ni yo quisimos pisarnos el terreno. Cuando nos conocimos, él estaba con su apoderado. Cuando yo rompo con Antonio Sanz se me pasa la idea de Garzón por la cabeza. Sabía cómo lo hacía con la prensa, la estrategia de la temporada… y un día quedamos a comer y se lo comenté. Antes lo había comentado con Garrido, él vio que tenía fuerza, ilusión, y perfectamente podría llevar la carrera de los dos. Fuimos al campo, maté dos toros y esa misma tarde lo concretamos. Tanto uno como otro nos
Primero América, y luego citas de importancia como Madrid, a la que esperamos que vuelvas en la Feria de San Isidro, además de Sevilla, la plaza que ha cometido una enorme injusticia contigo no incluyéndote en sus carteles esta temporada después de haber salido de novillero a hombros y haber cortado tres orejas en La Maestranza. Además, Granada y Algeciras también cuentan antes del ecuador de la campaña 2018.
Por supuesto. Ese es el plan que tenemos en mente. Primero la temporada americana. El sueño de todo torero es triunfar en Sevilla y Madrid y tengo méritos para hacerlo. En mi confirmación creo que no tuve suerte pero estuve bien. Espero estar en San Isidro. Lo de Sevilla sí fue un golpe muy duro no estar… me sacó un poco no ver mi nombre de ese grupo de toreros jóvenes que el aficionado tiene en mente. Se me bajó un poco de ese carro a la fuerza. No creo que este año, al negociar la contratación, se nos escape. Corté tres orejas en Sevilla en dos tardes con petición de una cuarta. Tuve faenas buenas en esa plaza, estuve a punto de abrir la Puerta del Príncipe y creo que debo estar en Sevilla, Madrid, Granada, Algeciras y eso antes del mes de junio. Son cuatro sitios de mucha importancia y tengo que ganarme el resto. Ya ha sido un triunfo terminar el año con este apoderamiento cerrado.
Particularmente este año has tenido la oportunidad de cuajarte en otro tipo de circuitos, en plazas de menor importancia administrativa pero con una gran importancia personal, ¿no?
Totalmente. Siempre he dicho que a los aficionados se les hace partidarios de dos formas: o reventando una feria importante o uno a uno. A mí me ha tocado hacerlo este año de uno a uno. Casi todos ellos han salido de allí con mi nombre en la cabeza. Así lo he procurado. He cortado más de dos orejas por tarde, con citas importantísimas con la dimensión que yo quiero, de toreo bueno, de otro tipo de capacidad que antes no tenía delante del toro, de un poso que voy ganando con cada corrida. Esa tranquilidad me ha hecho crecer mucho. Todo pasa por algo y a lo mejor las ferias están esperando al futuro. Esta temporada me ha hecho cuajarme como torero y como persona. Afronto el año próximo con todo esto en mis espaldas, pero con una experiencia mucho mayor.
Ahora Lima, un cartel soñado al lado del gran gallo peruano que desde novillero ha estado en competencia contigo.
Es el cartel que uno sueña en su tierra, va a ser de llenazo aunque la venta de los abonos haya bajado porque hay ausencia de nombres fuertes en la feria. Ese cartel se va a llenar. Voy a volver a torear con Roca Rey tras la competencia que tuvimos de novilleros, además de Ponce, que es un icono en Lima. No me quiero quedar atrás, pero los dos están en un momento extraordinario. Así quiero que se me vea: ilusionado y preparado para competir con dos toreros que están en todas las ferias y demostrar que lo merezco, que tengo una propuesta de torero importante para las Ferias. El año pasado corté una oreja y no fue el resultado que yo quería, pero necesito el triunfo y el dar una dimensión trascendental.