A poco más de 48 horas (fecha de la realización de la entrevista) de trenzar el paseíllo en la Monumental de Las Ventas nos citamos con uno de los protagonistas del cartel del próximo domingo. Se llama José Fernando Molina, es natural de Albacete y poco a poco se ha ganado el respeto de una afición que lo tiene apuntado en rojo desde su gran presentación en el coso venteño. Una tarde donde saldría en hombros y marcaría ese camino que con el tiempo ha ido recorriendo sin usar atajos ni salirse un centímetro del mismo.
Tras su actuación del pasado lunes en Albacete se volvió a encerrar en el campo para pulir unos defectos que cada vez son menores. Está en casa de Daniel Ruiz, un ganadero que siempre lo atiende antes de sus citas importantes. Una vez finalizado el tentadero nos atiende atentamente para contarnos las sensaciones que tiene de cara a un compromiso de tanta relevancia como el de este domingo en la primera plaza del mundo. Será su segunda tarde como matador de toros, esa donde espera poder demostrar la evolución que ha tenido desde su última comparecencia allá por julio del pasado año.
El albaceteño sabe que, al contrario que pasaba antes, el tren no espera a nadie, de ahí que vaya mentalizado para afrontar un festejo de tanto compromiso. Pese a ello se le nota relajado, parece que la responsabilidad no le pesa, anda feliz delante de la cara de los animales. “Si te soy sincero no tengo constantemente en la cabeza la tarde del domingo. Sé que es clave para mi futuro, que depende muchas cosas de ella, pero ahora mismo, no sé como estaré dentro de unas horas, ando sin esos pensamientos que nos suelen rondar por la cabeza cuando se acerca una tarde clave”.
Se mostraba tranquilo, muy seguro consigo mismo, y eso se refleja delante de la cara de los animales. “Mis sensaciones son bien diferentes a la tarde de la confirmación. Había toreado muy poco y existía una presión distinta a esa que tengo ahora. Este año me veo más suelto, he podido disfrutar delante de la cara de los animales, sinceramente no busco triunfar por triunfar, sino poder sentirme y que la gente se entregue a mi toreo”.
Se trata de un espada que es fiel a su concepto, un espada que es consciente que hay que dejar huella en el aficionado, y eso únicamente se hace tomando el camino de la verdad y la entrega. “Desde novillero siempre lo tuve claro, siendo el toreo de una forma muy personal y eso creo que llega a los tendidos. No soy de tomar atajos, creo en lo que hago. Me estaría mintiendo, y engañando a la gente, si decidiera buscar lo accesorio” explicaba Molina.
“Madrid es una plaza que conozco bien, un coso donde he toreado varias veces consiguiendo triunfos que ni soñaba. Soy plenamente consciente de aquello que gusta y lo que no. También lo he comprobado cuando he presenciado festejos desde el tendido, de ahí que tenga la lección bien aprendida” nos comentaba. “Tengo este domingo una oportunidad importante en mi carrera, me veo preparado, pero como te dije antes, quiero que el triunfo venga ligado a una forma de torear, que Madrid se entregue, hacerlo por otro camino no dejaría huella alguna”.
Un torero que el pasado invierno se convenció que para funcionar en este mundo había que dar un paso más. La reducción de corridas de toros se lo ponía muy difíciles a matadores de toros en su situación, por todo ellos se concienció que cada oportunidad delante de un animal bravo se la debía tomar como si fuera la última, ya fuera esta en el campo o en la plaza. “Este invierno ha sido clave, lo he aprovechado al máximo. Era consciente que debía exigirme un poco más para conseguir los objetivos, y gracias a Dios se han podido ver en un año donde no he dado ni un paso atrás”.
Un espada que se muestra agradecido a la FTL por darle la oportunidad de ser parte de esta edición de la Copa Chenel. “Les estoy muy agradecidos por la oportunidad, luego creo que me gané llegar hasta la final. Soy mu exigente conmigo mismo, sé que rayé a un nivel alto, pero quiero más. He sumado en torno a 14 corridas de toros, esas donde me han podido ver aficiones tan exigentes como las de Bayona o Albacete, ahora toca Madrid, ojalá todo salga bien y las cosas queden bien encauzadas para la temporada venidera”.
Un coso donde se acartelará con un hierro que este año ha lidiado toros importantes durante la temporada, una vacada que tiene su cuartel general en la finca ‘La Cabañuela’ situada esta en Hontomín (Burgos). “Será mi debut con los toros de Bañuelos, me hace especial ilusión. Bien es verdad que he ido a tentar a la finca, pero nunca me he anunciado con ellos en una plaza. En Madrid ha lidiado toros importantes y corridas destacadas. Recuerdo aquella de un mes de agosto de 2016, un festejo donde salió en hombros Javier Jiménez en una tarde que le cambió su vida”.
Molina recuerda aquella tarde como si fuera ayer. “Yo no puede ver la corrida en directo porque toreaba ese día en Fuengirola en un certamen organizado por José Tomás, pero la vi luego en vídeo y me encantó esa forma de embestir de los animales. Ojalá yo pueda emular a Javier y salir a hombros, queda el último empujón, ojalá pueda dar un paso más en mi carrera y conseguir que el año que viene sea todo más fácil”.