Si algo bueno nos ha dejado este triste agosto es que el frescor de José Garrido dejó un nuevo triunfo en la plaza de toros de Herrera del Duque. El torero pacense desorejó un toro de Victorino el pasado sábado. Hablamos con él.
Enhorabuena.
Gracias.
Un halo de esperanza.
Algo por lo que seguir soñando y seguir ilusionándose. Con el triunfo todo es mucho más bonito.
Es duro tener que entrenar tantos meses para unos pocos paseíllos solamente.
La ilusión lo puede todo y las ganas de torear aún más. Lo que me inquieta es seguir evolucionando en mi tauromaquia misma. Es lo que me importa: quiero seguir creciendo y seguir siendo mejor torero.
Supongo que feliz, ¿no?
Orgulloso y satisfecho por haber cumplido el objetivo.
¿Se te hicieron raras todas las circunstancias? ¿Llegar con mascarilla a la plaza? ¿Cómo viviste de principio a fin la tarde?
Dentro de la nueva normalidad, hay que cumplir las normas, y sí se me hizo raro llegar así a la plaza, pero no queda otra. No poder saludar a los compañeros… pero lo más coherente ahora mismo es ser responsable. Yo estuve con la mascarilla desde que salí de mi habitación hasta que hice el paseíllo. Es una forma también de responsabilizar a la gente y de dar ejemplo a la sociedad de que el mundo del toro se vive desde el respeto de cada uno.
No fue tu faena más artística, pero sí la faena enrazada que necesitabas en este momento. Y ante un victorino…
Así es. Así lo vi. Es como la gente quería verme, con ese punto de entrega, de cruzar esa línea imaginaria y de tirar la moneda. Con los dos toros tiré hacia adelante y por momentos hubo muletazos de buen trazo y de conjunción entre toro y torero.
La próxima cita, Añover de Tajo con una imponente corrida de Murteira Grave.
Tal y como están las cosas, no hay que poner excusas. Una de Victorino, una de Murteira… no hay que achicarse ante nada. Victorino me ha dado un triunfo muy importante y espero lo mismo de Murteira.