Siempre se ha dicho que el que mejor entiende a un torero es otro torero, por eso muchos de ellos eligen a un espada retirado para que lleve su carrera, algunos en el tema de despachos y otros simplemente para tenerlo cerca y empaparse de él. Normalmente, son hombres con muchas vivencias dentro de esta profesión, matadores que son reconocidos por el aficionado, fuera o no figuras del toreo.
Ejemplos recientes hay muchos, y si echamos la mirada atrás hay un número importante de uniones que beneficiaron muy y mucho a los espadas que buscaban ese tipo de conexión con su hombre de confianza. Pero no todos valen para esta faceta, es decir, hay toreros que se encuentran más cómodo en el día a día, dejando el trabajo de despachos para otra persona más versada en estos temas.
Este es el caso de José Miguel Carvajal, que fuese uno de los hombres fuertes de la Fusión Internacional de la Tauromaquia que acompañó en su momento a dos máximas figuras del toreo como José Antonio Morante de la Puebla y Alejandro Talavante cuando éstos decidieron unirse a esta empresa. Carvajal realizó las funciones de representación del sevillano en 2012 tras dos temporadas junto a Curro Vázquez. José Antonio sería apoderado por Antonio Barrera bajo el paraguas de Alberto Bailleres (ETM) pero con José Miguel muy cerca de él.
El sevillano, pese al gran respaldo económico que le daba Espectáculos Taurinos de México —posteriormente convertida en Fusión Internacional por la Tauromaquia— decidió que fuera José Miguel Carvajal —como gestor— y no Antonio Barrera quien llevara los asuntos relacionados con su apoderamiento. Pero todo saltó por los aires tras una aciaga tarde en El Puerto de Santa María en un mano a mano con Julián López ‘El Juli’. Morante decidía retirarse de los ruedos por tiempo indefinido ante los problemas surgidos con la FIT.
Varios años después, concretamente en 2015, sería el extremeño Alejandro Talavante quien entraría a formar parte de la FIT, teniendo como representante a un Carvajal que le ayudó a ordenar ciertos temas que le frenaban en su carrera. Una unión que duró a penas seis meses, a mitad de temporada 2016 y de forma sorprendente, Talavante abandonaba a sus actuales apoderados y se iba con el empresario salmantino Toño Matilla, quedando fuera de la ecuación un José Miguel Carvajal que siempre ha demostrado tener un coco privilegiado y se runo de esos personajes ocultos que siempre han existido en el mundo del toro.
Dos toreros que actualmente no tienen relación alguna con esta empresa taurina salvo en las ferias donde estos llevan a cabo sus festejos taurinos, sin ir más lejos tanto José Antonio como Alejandro son asiduos a plazas como Olivenza, Badajoz, Bilbao, Salamanca o San Sebastián, plazas donde es normal verlos a ambos verlos acartelados.