Hay toreros que siempre han preferido hablar delante de los animales que hacerlo en los micrófonos. Espadas parcos en palabras que lo pasan realmente mal cuando tenían que cumplir con una prensa que únicamente estaba ahí como enlace o intermediario entre el diestro y el aficionado. El hablar en un patio de cuadrillas antes de jugarte la vida es algo que crea cierta controversia, son momentos donde el torero normalmente tiene la cabeza en otro sitio, siendo estás entrevistas monótonas y muchas veces con poco contenido.
Pero la labor del periodista es esencial en la Fiesta, más si cabe en estos tiempos donde la conexión con el aficionado puede llegar a través de muchos canales gracias a las nuevas tecnologías. Hablar de toros es esencial para mantener la llama viva, y eso es algo que los toreros deberían tener en cuenta. Diestros que intentan imitar a aquellos que en su día tomaron la decisión de apartarse de la prensa, cuando esta siempre ha sido un bien necesario.
Ese es el caso de José Tomás, un diestro que con el tiempo se fue apartando del foco mediático, llegando incluso a no dejarse televisar. Hace algún tiempo, Marco Antonio Hiero, director de este medio, habló con Martín Arranz, apoderado de grandes figuras del toreo como José Miguel Arroyo ‘Joselito’ o José Tomás, dos espadas que acabaron por tomar una decisión que creó gran polémica en la época.
Una de esas anécdotas que nos contaba Enrique respecto a José Tomás tuvo lugar allá por los últimos años de la década de los 90. Un día paseando por la plaza de Santa Ana de Madrid, el propio Arranz le dijo que tenía que hacer varias entrevistas, algo que hacía fruncir el ceño al joven diestro madrileño, no se sentía cómodo realizando entrevistas, algo que le reconoció a su apoderado con un “yo donde me siento cómodo es delante del toro”. Una decisión que comprendió a la perfección su apoderado, convirtiendo dicho problema en solución. Desde ese instante su mito sería guardar silencio y hablar en la plaza, escribió con mucho tino nuestro director.
Un Arranz que se declaraba a favor de la televisión, pero de una forma ordenada, algo que compartían los diestros citados anteriormente. “Si se televisa todo y en cualquier sitio se pierde el elemento sorpresa, que siempre fu muy importante para que tomase fuerza un torero emergente”. Un apoderado que siempre defendió a capa y espadas a sus toreros, esos que no veían con buenos ojos el tener que aceptar, para estar en San Isidro, la presencia de las cámaras de televisión. “Lo que estoy es contra la retransmisión desordenada e indiscriminada” señaló en aquella entrevista.