OBITUARIO

José Tomás y la dura pérdida de Rogelio Pérez Cano: adiós a un hombre clave en su carrera


lunes 16 diciembre, 2024

Médico, amigo personal de José Tomás y presidente de la Fundación que lleva su nombre: adiós a Rogelio Pérez Cano

Jose Tomas Montera
José Tomás se destoca tras un paseíllo. © M. A. H.

El pasado viernes el mundo del toro se veía sorprendido por la muerte de Rogelio Pérez Cano, neurólogo que consiguió salvarle la vida a José Tomás tras ser corneado de extrema gravedad en abril del 2010 en Aguascalientes (México). Su fallecimiento tuvo lugar el pasado viernes en Cádiz, lugar donde residía el médico personal del matador de toros madrileño, un espada que -pese a no torear desde aquel lejano agosto de 2022- sigue preparándose en la soledad del campo para seguir ligado a su profesión.

Una vinculación que comenzó allá por el año 2009 tras facturarse José Tomás el hombro derecho y que continuó durante varios años, siendo este un pilar esencial en la vida del madrileño, tal fue si sincera amistad que Pérez Cano llegó a dirigir durante varios años la Fundación que lleva el nombre del espada nacido en Galapagar. Rogelio Pérez Cano será recordado como el “ángel de la guarda” de José Tomás tras aquella terrible cornada en México, esa donde su rápida, certera y providencial le salvó de la muerte tras conseguir estabilizarlo en la propia enfermería de la plaza.

Sin Título
Rogelio Pérez y José Tomás, saliendo del hospital de Aguascalientes.

“Lo agarramos por los pelos del abismo de la muerte” llegó a declarar Rogelio, un tiempo después de la cornada que rompió el paquete vascular, la vena femoral y la arteria iliaca y afectó a la safena, lo que produjo una gran hemorragia por la que necesitó más de ocho litros de sangre. Dicha cornada en el triángulo de Scarpa y la pérdida de sangre (se habló de unos ocho litros) obligó a pedir por la megafonía de la Monumental Plaza de Toros de Aguascalientes sangre del tipo O positivo para poder realizar la operación y salvarle la vida.

Pero, amén de salvarle la vida y ser el presidente de la Fundación José Tomás, Pérez Cano también será recordado por ser un médico excepcional que dejó huella tanto en sus pacientes como en todos los que lo conocieron. Su pasión por el toro y por la medicina le llevó a desarrollar protocolos de actuación que hoy en día se aplican y se llevan a rajatabla en numerosas plazas de toros, siendo Nimes una de las pioneras.

José Tomás sigue toreando gracias a la presencia de un hombre clave en su vida, un médico que con el tiempo llegó a convertirse en un amigo, ese al que ahora llora un torero que estuvo siempre dispuesto a dar su vida en una plaza de toros. Desde la redacción de Cultoro nos unimos al dolor de sus familiares y amigos tras esta irreparable pérdida: D.E.P. Doctor Rogelio Pérez Cano.