Hace ya varios meses que se bajó el telón de la temporada taurina a este lado del charco. Pese a la celebración de algunas corridas de toros, novilladas y festivales se podía decir que ya a mediados del mes de octubre se podía dar por finiquitado la campaña de 2024. Ahora, y con festejos menores en pleno mes de enero la actividad taurina empieza a desperezarse antes de la llegada de la Feria de San Blas en Valdemorillo, plaza que desde hace unos años cambió su fisonomía para dar entrada a las figuras del toreo.
Tras ella vendrán otras ferias de similar categoría con las figuras como reclamo, abonos donde el público y el aficionado acuden a partes iguales para ver anunciados a toreros como Morante de la Puebla, Alejandro Talavante, Emilio de Justo o Juan Ortega, entre otros. Illescas y Olivenza servirán para dar entrada a un mes de marzo que se completará con Las Fallas de Valencia y la Magdalena de Castellón como platos fuertes del mes.
Una serie de plazas donde volverá a estar ausente uno de los toreros más esperados por los aficionados, José Tomás, un espada que estuvo a punto de dejarse la vida en el ruedo tras la grave cornada infringida por Navegante en Aguascalientes. «Desde entonces José Tomás ha seguido toreando -menos de lo que muchos deseamos y seguramente más de lo que algunos quisieran- y, por tanto, viviendo», citaba Paco March en un artículo publicado en marzo de 2023 a raíz de la publicación de «Capas de olvido. Desde las playas de California a las profundidades del toreo” de Robert Ryan.
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Como ha venido contando este medio el diestro de Galapagar no ha perdido el contacto con el toro pese a no anunciarse desde aquella lejana tarde en Alicante. El diestro afincado en la Costa del Sol sigue toreando en el campo, recientemente se le ha visto estoqueando toros y tentando vacas en ganaderías de la provincia de Cádiz, Toledo o Salamanca, una noticia que hace albergar esperanzas sobre una posible vuelta a los ruedos en la campaña de 2025. Ofertas sobre la mesa lleva teniendo estos últimos años, pero por distintas razones las ha acabado declinándolas.
El espada madrileño ya ha reconocido en más de una ocasión que “vivir sin torear no es vivir”, de ahí que mantenga un hilo directo con ese animal que pudo sesgarle la vida pero que también le ha permitido sentirse libre. Álvaro Núñez y Fermín Bohórquez han sido una de las últimas ganaderías donde se le ha podido ver al torero madrileño, ganaderías donde se siente como en casa al tener una estrecha relación con sus propietarios. En la segunda de las citas, pudo fotografiarse con el novillero gaditano Manuel Jesús Rodríguez, miembro de la Escuela taurina de La Línea de la Concepción.
Poco se sabe de su posible vuelta, y si de hacerlo será por última vez. Hasta que llegue ese día sigue toreando sin más pretensión que el disfrute personal tal y como nos comentaba uno de esos ganaderos que le abrió recientemente las puertas de su casa: “José volverá a torear en una plaza cuando él quiera, se ha ganado el derecho decidir que hacer con su carrera y con su vida. Está para torear, no ha perdido el sitio delante de los toros, necesita tener al animal cerca para sentirse pleno” recalcaba un criador de bravo de reconocido prestigio asentado desde hace años en Salamanca.
