Ya sabemos que el rumor -si viene de una fuente transparente y cristalina- es la antesala de la noticia, sin embargo, otras veces cuando es infundado pierde fuelle rápidamente como aquellos ciclistas menos escaladores subiendo puertos de envergadura como el Alpe d’Huez o el Galibier. Los rumores, pese a no tomar una fuerza descomunal, siguen a pie de calle, guardando silencio -como no podía ser de otra manera- los implicados en este tema.
El año pasado a estas fechas ya había toreado cuatro toros en la plaza de toros de Jaén. La noticia saltó allá por el mes de marzo, tres meses antes del acontecimiento, cuando Tauroemoción conformó lo que era un secreto a voces. Pero incluso antes de su reaparición, en el mes de mayo la empresa Eventos Mare Nostrum dio oficialidad a la contratación del diestro de Galapagar para un cartel extraordinario en pleno mes de agosto en Alicante.
Estamos a 7 de julio y de seguirse esa pauta -siempre se anunció el cartel casi tres meses antes de su celebración- José Tomás no se anunciaría hasta el mes de octubre, una fecha en la que la temporada europea estaría prácticamente terminada. Los plazos son los que son, y pese a que Tomás tiene un gran tirón en taquilla, parece extraño que se oficialice un festejo con tan poca antelación. Bien es cierto que las plazas de las que se habla son Linares a finales de agosto y Mérida a comienzos de septiembre.
Dos fechas paras las que quedarían unos dos meses mal contados, por lo que de ser esas plazas no debería tardar en hacerse oficial. Juan Reverte y su empresa REYMA Taurino en Linares, José Luis Pereda y su empresa Toros Pereda en Mérida, ambos son dos empresarios que buscan la calidad en sus ferias, ambos han dado el paso para intentar contratarlo, pero de momento nada se sabe sobre unas gestiones que de llevarse o estar llevándose a cabo serían con Salvador Boix y no con José Tomás.
Sea como fuere, parece complicado que veamos al espada de Galapagar este año en los ruedos españoles, algo que, por otro lado, se había convertido en una tónica habitual temporadas atrás. Pocas actuaciones, medidas y bajo la supervisión de todos los detalles. Ya sabemos que el madrileño ya no torea en plazas de tercera categoría, que sus emolumentos son muy altos y de exigencias muy particulares, que la confección del cartel ha derivado a un festejo de cuatro toros en el que él es el único protagonista, e incluso su control es tal que mide hasta el tiempo que se graba el festejo, estando en manos de su equipo de prensa la difusión de dicho material audiovisual.
Por el momento los rumores lo situaban en esas dos plazas, dos cosos de segunda con tremenda solera, pero de momento nadie ha dicho “esta boca es mía”, por lo que el aficionado -ya se hizo a la idea de- que este 2023 será complicado verlo en directo en los ruedos. Un torero que se ha ganado el derecho a decidir qué camino tomar, un espada que pagó cara su entrega en el ruedo, pero que ha tildado de un oscurantismo, ese que le apartó del aficionado tras perder el contacto directo con ellos.
A esos aficionados siempre les quedará acudir a un Internet que cada vez dictatorial en relación con la temática taurina, rebuscando en Twitter, TikTok, Facebook o Instagram pequeños vídeos de un torero al que admiran, incluso sin haberle visto torear. YouTube y demás plataformas ya las dimos por amortizadas debido a su beligerancia a la hora de eliminar contenido taurino. Por lo tanto, únicamente quedará la videoteca personal de unos pocos afortunados que tengan en su poder una joya que por torpeza o falta de interés no está a disposión de todo el que quiera verlo.