Muchas veces, únicamente ponemos el foco de la información en la América taurina cuando la temporada finaliza a este lado del charco. Con la llegada de las ferias en plazas de Colombia, Perú, Venezuela, Ecuador y México, descubrimos a una serie de toreros que triunfan de forma continuada en su país de origen, pero que no tienen la oportunidad que merecen en las plazas españolas y francesas. Espadas que hacen las maletas para jugarse su porvenir ente toros de descomunal trapío y no muy buenas ideas.
Por suerte, y gracias al desembarco de taurinos nacidos más allá de Atlántico, poco a poco esos toreros van encontrando su sitio en ferias como San Isidro o certámenes tan importantes como La ‘Copa Chenel’. Espadas jóvenes que necesitan de ese triunfe que les aúpe a carteles de mayor boato, ese donde el foco es mayor. Pero no es únicamente el torero el que necesita de ese zambombazo, sino también su país de origen, porque tener una máxima figura del toreo revitaliza el toreo de arriba abajo.
Todos los países taurinos allénde los mares añoran con tener un Roca Rey, el boom de este torero ha conseguido tirar por tierra gran parte de las amenazas animalistas de su país, porque allí se vive el toreo con pasión y se venera a un diestro que manda en todas y cada una de las plazas del mundo. Con ello precisamente sueña una Colombia que vive con el corazón en un puño por los continuos ataques de un sector que tiene al toreo entre ceja y ceja.
Colombia necesita de nuevo un César Rincón que arrastre de esa masa adormecida que cada vez se siente más y más acosada. Pero para que salga un torero así hay que darle oportunidades a toreros que pueden responder en la plaza. Ese es el caso de un Juan de Castilla que lleva luchando varios años por meter la cabeza en las ferias. El año pasado dio un importante golpe en la mesa ante un toro de Sobral en Madrid, algo que le ha valido para estar anunciado con los toros de Miura.
De Castilla sueña con “Datilero”, “Tahonero”, “Guineo” o “Choricero”, astados que marcaron el camino a seguir por un hierro que lleva desde 1842 criando toros bravos. El diestro colombiano sabe que la oportunidad le ha llegado en un momento clave de su carrera, el conseguir salir a hombros de la Monumental de Las Ventas daría un golpe de efecto a su carrera y ayudaría a calmar las aguas en un país que ya vivió con auténtica pasión los triunfos de su compatriota allá por unos años 90 donde el toreo no era perseguido.
Un diestro que pasó de no tener ni una sola oportunidad la próxima temporada en Europa tener cuatro balas en plazas de primera categoría. A la oportunidad dada por Plaza 1 se suma aquella que le da una plaza francesa con tanta solera como Vic-Fezensac, coso donde se anunciará para matar dos animales en una corrida concurso compuesta por seis divisas de sis encastes diferentes. Sin duda alguna, Saltillo, Palha, Prieto de la Cal, Veiga Teixeira, Conde de la Corte y Pages Mailhan están dentro del ideario del aficionado torista.
Dos oportunidades que le llegan el mismo día, un 19 de mayo donde hará doblete, toreando tanto en horario matinal (11:00 horas) en tierras francesas como por la tarde (19:00 horas) en suelo español. Dos cosos separados por 706 kilómetros y para lo cual el equipo de Juan de Castilla ha barajado varias opciones para poder cumplir con ambos compromisos, siendo la de viajar en avioneta desde la localidad gala hasta la capital española la que más fuerza tiene en este momento.
Ahora, y tras la salida de Luis Bolívar de las grandes ferias, es Juan de Castilla la baza que tiene una afición que lleva muchos años maltratada por una serie de políticos que le han dado la espalda al pueblo, esos que ya cerraron Cartagena de Indias o Medellín, esos que no se atreven a meterle mano a una Manizales que goza de una salud envidiable. Tras cercenar la libertad de los bogotanos, el objetivo se centró en Cali, una ciudad que, pese al difícil momento que vive, sigue luchando por mantener viva una de sus señas de identidad.
Ojalá, por el bien del toreo colombiano y del propio Juan de Castilla, este consiga ese triunfo que tanto anhela un país valiente, ese que nunca ha renunciado a sus raíces, ese que espera como agua de mayo a que un compatriota suyo haga carrera en España como ya hicieron anteriormente Nairo Quintana, Rigoberto Urán o Radamel Falcao entre otros, deportistas que enarbolaron la bandera del Colombia y de la libertad fuera de un país con demasiados problemas dentro como para tener al toreo entre ceja y ceja.