“Juan Leal, el nuevo cónsul de Francia”. Con este título se presentó ayer a Juan Leal en la sede del Excmo. Club Taurino de Bilbao, un club que volvió a poner el cartel de “no hay billetes” en su “Monumental”, y que demuestra con su actividad que la afición taurina está más viva que nunca y con muchas ganas de que haya toros en la capital vizcaína.
Ayer, con Juan Leal se daba el pistoletazo de salida a una serie de coloquios y conferencias que se van a centrar en “Bilbao: 500 años de toros y una de Covid”, con el que se busca poner en valor la importancia de la tauromaquia para Bilbao y su gran tradición.
El coloquio, presentado y moderado por los miembros de la Junta Directiva Paula González y Gabriel Rodrigo, transcurrió de forma muy amena con un torero, Juan Leal, que pronto se sintió cómodo en los medios y fue, ante las preguntas de los directores de lidia, desnudando aquellos sueños de infancia y desgranando todos los momentos buenos y malos que ha tenido que vivir para estar donde está y ser quien es, y al cual, nadie le ha regalado nada y ha pagado caras la orejas para cumplir un sueño, un sueño que cómo bien dijo varias de sus respuestas, “sigue ahí más vivo que nunca y que nadie me va a parar”.
En el transcurrir del coloquio, se pudo conocer a un Juan Leal, que proveniente de una saga de toreros, ya de muy niño siente la llamada del mundo del toro iniciándose en la escuela de su tío Paco Leal, y que decide salir de Arles para ir a buscar su sueño a España, siguiendo los pasos de Sebastián Castella y de Marco Leal. Ávila primero, la Escuela Taurina de El Juli y Sevilla finalmente, hacen que tome la alternativa en Nimes en un mano a mano histórico y confirme posteriormente en Madrid con Pedraza de Yeltes.
Después de Madrid, vive un parón donde hubo casi dos años en blanco hasta su tarde en Bilbao en agosto de 2017 con la ganadería de Miura donde empieza su conexión con nuestra ciudad, un momento definido por Leal como “un punto muy importante de inflexión en su carrera”. Bilbao premia su esfuerzo en la cual torea las dos ferias siguientes culminando esta con su presencia en el 66 Festival del Excmo. Club Taurino donde triunfa cortando dos apéndices.
Se pudo conocer en este coloquio a un torero que va a ver enchiquerar a los toros, que se cosió su propio capote, que trabajó en una pizzería para pagarse su estancia en España y que se puso a hacer mascarillas en plena pandemia para ayudar a los médicos en aquello que más falta les hacía en esos momentos y que ante su experiencia vital y ser consciente de lo difícil que es llegar a ser torero, ha creado el certamen “La Fragua” con el fin de ayudar a otros jóvenes a poder cumplir sus sueños.
Ayer se vivió en el Excmo. Club Taurino una tarde muy amena en la cual se pudo conocer a un Juan Leal que destaca por su forma de ser, por su humildad y su generosidad, y “que dio ejemplo de valores dejando bien claro y alto, que cuando se quiere cumplir un sueño, hay que pelearlo y que a nadie le regalan nada”.
En el coloquio se dieron cita numerosos jóvenes que dan fe de que la afición bilbaína está más viva que nunca.