Toda una odisea. Así fue la tarde que vivió ayer Juan Leal en la corrida que estaba escrita en Nimes para su duelo con Roca Rey, en el que también Isaac Fonseca estaba presente -triunfando con dos orejas en su confirmación gala-. El torero de la tierra volvió a dejar una actuación para la historia en ‘su’ plaza de Nimes, pese a que la tardanza en caer del primer toro no le permitió cortarle las orejas. Fue una faena de gran altura en la que, sin embargo, el punto de inflexión estuvo en la dramática cogida que sufrió el torero cuando ya la faena se encontraba en su máximo punto de entrega.
Si bien Juan logró continuar y hasta concluir el trateo con el toro, a la finalización de su actuación pasó a la enfermería con un fuerte dolor en las costillas para someterse a una primera exploración en busca de alguna posible lesión que, en principio, no pareció existir. Sin embargo, el dolor era tan intenso que Leal pidió someterse a una infiltración para salir a lidiar a su segundo oponente.
Pero algo salió mal con la medicina administrada, y una reacción química provocó que el torero se cayese delante del toro y fuera volteado nuevamente, agravando las lesiones que ya venían del primer toro. Pero lo peor llegó al volver a la enfermería para explorar las posibles heridas de la segunda cogida, cuando Juan comenzó a convulsionar y a tener verdaderas dificultades para respirar, lo que hizo temer a los doctores por una posible lesión interna que, afortunadamente, se quedó en reacción a la infiltración, como se constaría más tarde en el hospital.
El torero ha recibido el alta hospitalaria esta mañana y se encuentra dolorido, con importantes traumatismos en las costillas y analgesia para soportar los dolores, pero en condiciones de seguir entrenando para acometer los importantes compromisos que aún le quedan por delante en la presente temporada, sobre todo el de la próxima Feria de Otoño en Las Ventas.