Juan Pedro Domecq Morenés, al igual que su padre, es uno de los grandes estudiosos del toro bravo, de su genética, de su morfología, de su comportamiento y de todos los matices que rodean a este animal mítico. Y en la apertura de sementales y de familias va el éxito de quien ha conseguido alzarse como máximo exponente de la toreabilidad en las últimas décadas.
Es algo que Juan Pedro puso de manifiesto una vez más este miércoles, 22 de noviembre, en un encuentro con aficionados que tuvo lugar en la plaza de toros de Toledo. En el evento, conducido por el periodista Mario Gómez y organizado por la peña “El Trapío” de la capital manchega, Domecq expuso, como dato curioso, el increíble número de sementales que ya tiene en su casa.
“Tengo 180 hembras, muchos toros nuevos y he abierto muchísimo la ganadería, algo que siempre es ilusionante. Hasta diciembre estoy tentando la mayoría de toros nuevos, y poco a poco aportan muchas cosas; hay toros que aportan desde el principio y hay otros que hay que esperarlos, porque todavía no marcan caracteres claros”, comenzaba señalando Juan Pedro Domecq. “Hay algunos que los quito, pero cada año tengo una base de sementales más potente. Tengo el mayor número de sementales de la historia de la ganadería y muchas menos vacas: tengo 52 sementales. Eso habla de la potencia genética de la ganadería”, apuntaba el mítico ganadero.
La selección ganadera de Juan Pedro Domecq: así elige cómo “echar” a los sementales
Sobre su selección, añadía que “primero hay que decidir qué semental vas a echar a las vacas; no es fácil, teniendo en cuenta que están todos muy probados. Y hay muchos que se mueren por enfermedades y cornadas”. “Este invierno he echado dos que han sido sensacionales, uno de ellos lidiado por Andrés Roca Rey. Son genios genéticos”, apuntaba Juan Pedro Domecq.
Ahora se le abre un panorama distinto a un hierro que tiene por delante un ilusionante 2024 donde las figuras han vuelto a llamar a su puerta para volver a anunciarse con la ganadería.