El programa Toros para Todos, de Canal Sur, es uno de los espacios más exitosos de la cadena pública andaluza precisamente por la espontaneidad que muestran en sus grabaciones. Éstas congregan a cientos de miles de seguidores cada domingo -día de emisión del programa-. En esta ocasión rescatamos un vídeo en el que el programa filma un traslado complicado de uno de los sementales del hierro gaditano de La Palmosilla.
El presentador Enrique Romero y su equipo se quedan junto al coche con las puertas abiertas por los posibles imprevistos que se pueden vivir en el campo bravo, mientras los vaqueros y mayoral intentan rodear al semental con los cabestros. Enrique Romero y Juan Núñez comentan un dato curioso que es que «cuando el toro baja la cabeza y se descuelga es que va relajado». Es el momento en el que tienen que aprovechar para apartar y llevárselo.
El toro dura poco relajado y acaba imponiendo sus ganas de volver al lote de vacas, pero los hombres de campo tienen que seguir con gran paciencia los ritmos que va marcando. Con gran cautela consiguen llevar al toro con los cabestros hacia el cucadero o culatón, palabras usadas en el campo bravo para referirse a un cercado pequeño localizado, normalmente, entre la mangá y los corrales.
El ganadero Javier Núñez, propietario del hierro, explica por qué se vuelve de nuevo el toro: por cuestión de memoria de dónde ha estado viviendo por temporadas. Ahora está un poco desubicado por el cambio de cerrado y debe intentar hermanarse una vez más con los demás sementales. Todo este proceso es lento para evitar que se provoquen peleas entre los toros.
El momento más peligroso de la grabación
En un instante de la grabación, el semental castaño se encontraba refrescándose tranquilamente en su nueva parte de dehesa cuando miró desafiante al coche donde se encontraban el ganadero, el presentador y el equipo de Toros para Todos. De repente, comienza a ir de frente hacia ellos; el ganadero intenta arrancar el coche, pero con las prisas no podía, por lo que el semental llegó a su altura. Estaban rodeados por el arroyo y la valla sin escapatoria alguna. Se vivieron, pues, peligrosos minutos de apuro en el que el castaño no paraba de arrancarse hacia los vaqueros, que ayudaron hábilmente a mantener alejado al animal del coche después de haber estado a punto de arrancarse contra él.
Juan Núñez consiguió así salir del inseguro terreno y finalmente abandonaron del cercado en el que se encontraban frente a frente con el semental de la ganadería gaditana.