FRANCISCO BELMONTE
El Diario de Madrid fue el primer medio de comunicación que publicó una crónica taurina en toda la historia. Corría el año 1793 cuando un aficionado sentado en el tendido madrileño tomaba notas del festejo, notas que al terminar dirigió al periódico por si era de interés su publicación. Tres días después de la corrida, 20 de junio, todo Madrid pudo leer lo acontecido en un festejo que anunciaba seis toros por la mañana y otras diez por la tarde. El texto estaba firmado con seudónimo, “Un curioso”, y decía así:
“Primer toro fue de don José Gijón; entró a 7 varas y 8 banderillas. Lo mató Pedro Romero a la primera estocada. Segundo, fue de Colmenar –de don Manuel Santos-, entró ligeramente a una vara y a 6 banderillas de fuego. Lo mató José Romero de la primera estocada. El tercero, de Alcázar de San Juan –de don Francisco de Paula Marañón-, entró a 14 varas y 6 banderillas. Lo mató Antonio Romero a la primera estocada. El cuarto, de Colmenar Viejo, entró ligeramente a una vara y a seis banderillas de fuego. Lo mató Pedro Romero a la primera estocada. El quinto, de Gijón, entró a 10 varas y 15 banderillas; lo mató José Romero a la primera estocada. Se renovaron los picadores, entrando Pedro Ortega y Bartolomé Carmona…”
Continúa el texto hasta completar todo el encierro. Así fue escrita la primera crónica taurina de la historia en la que no se hace mención al uso de la capa, ya que por aquel entonces era raro que los matadores se lucieran con ella, y tampoco de la muleta, puesto que sólo servía para disponer al toro para la muerte. Sí se reseña la utilización de banderillas de fuego, algo que era imprescindible colocar en aquellos toros que habían tomado pocas varas.
Es evidente que desde aquel 20 de junio de 1793, la crítica taurina ha evolucionado notablemente.