ENTREVISTA

Lama de Gongora, ahora sí que sí: «Hoy es un día de reflexión y de ilusión tras lo ocurrido ayer»


lunes 8 abril, 2024

El diestro sevillano, pletórico, da un toque de atención en La Maestranza: hablamos con él

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Lama de Góngora. © Eduardo Porcuna

Concluido el segundo festejo de la temporada en La Maestranza, Lama de Góngora abandonaba el coso con rostro emocionado y feliz, recogiendo  la ovación final tras una tarde que sería de justicia suponga un punto de inflexión en una carrera (diez años de alternativa) hecha de admirable constancia, afición y –lo más importante- espíritu de superación, buscando en horizontes perdidos, allá por tierras andinas y aztecas, lo que aquí, por unas cosas u otras, se le negaba. También, una búsqueda interior que ha ido decantando su toreo hasta el fondo y las formas que , sobre el albero maestrante, se pudieron ver y disfrutar ante los toros de Bohórquez.

Transcurridas apenas unas horas, hablamos- teléfono mediante-  con Lama de Góngora.

¿Cómo es el día después?

Me he levantado con más ilusión, con más ambición si cabe y la convicción que las cosas salen cuando uno le pone el alma y poder recoger los frutos de tanto sacrificio y entrega a la profesión. El día después está siendo de recibir llamadas de personas importantes del toreo, de figuras del toreo, de ganaderos, de grandes periodistas. Eso reconforta, desde luego, pero lo que realmente me nace es seguir al cien por cien porque sé que esa oreja pesa mucho y va a dar sus frutos. Es un día de reflexión y de ilusión porque salgan esos contratos importantes que, sin duda, deben salir.

Este proceso, que ya es largo en el tiempo y con vicisitudes de todo tipo,

¿crees que ha fructificado en un torero que tal vez tu pensabas que no llevabas dentro y quedó patente, incluso con arrebato,  en la corrida de ayer?. Un instinto de superación que se refleja en tu forma de ver e interpretar el toreo.

Por supuesto. El toreo es una forma de ser y de estar y las circunstancias de vida han hecho que me vaya forjando en las diferentes formas en que la vida se me presentaba. He tenido que ampliar muchísimos registros y en mi cabeza cada vez han entrado en mi cabeza más toros, más formas de toreo y más tauromaquias. Quizás yo mismo no lo sabía pero lo he ido buscando constantemente y lo he ido encontrando. Más que de arrebato y de impulsos ha sido de conciencia y de valor el hecho de saber leer las tardes, los momentos, y hacer lo que, en cada uno de ellos, te pide el corazón y te exige el toro. He crecido mucho en ese sentido, creo que ahora soy un torero mucho más completo, un torero de ferias y de ganaderías y encastes diferentes, en el que el aficionado más puro y con más ganas de ver toreros distintos se puede ver reflejado. Yo sí sabía que lo tenía dentro pero necesitaba esa oportunidad para que  el aficionado lo viera. Y ayer creo que se dio todo eso en dos toros muy distintos.

En todo este proceso ¿has sido consciente, si se  ha dado el caso, que te traicionabas a ti mismo o has procurado mantener una fidelidad a tus formas de estar y ser en el toreo?.

Creo que no están reñidas una cosa con la otra. Me explico. He crecido muy fiel a mi mismo, siempre,  porque soy un torero de instintos en el que el clasicismo y la pureza, el arte,  son la base de mi toreo, pero no está reñido con que haya más registros con los que puedan pasar cosas como las que pasaron ayer. Siempre he admirado a lo que llamamos toreros completos, sigo buscando en mi interior y el tiempo tiene que ir pasando para madurar. Y como te decía, muestras de todo ello se pudieron  ver ayer.

Estamos, pues, ante un punto de inflexión a mejor, en tu carrera.

Estoy seguro de que sí, entre otras cosas porque las orejas de peso, y esta lo fue, deben servir para ese punto de inflexión, un antes y un después. Ahora estoy más ilusionado que nunca, con más ganas y las ideas más claras que nunca, y estoy seguro que en cuanto vuelva a tener un toro delante, en una plaza importante, van a volver a pasar cosas grandes.

Esa oreja debe servir, también,  para que llegue la confirmación en Las Ventas, y que sea un día clave para mi.

Tienes contigo gente que lleva a tu lado mucho tiempo, una unión y unos consejos que seguro también influyen en ese punto de inflexión al que has llegado.

Por supuesto, porque tengo la suerte de tener un equipo a mi lado muy bueno,  y a la vez muy exigente, en cuanto a ganarnos las cosas por su propio peso, los tentaderos a través de los tentaderos y las tardes a través de otras tardes. La confianza es mutua, creen mucho en mi,  y a través de los consejos y de las vivencias me han aportado el conocerme más a mi mismo,  ser capaz de creer más en mi, con el convencimiento de que van a pasar cosas muy grandes. Me siento muy afortunado por tener conmigo  a personas como Lolo o José Chacón pero sé que aún les tengo que dar triunfos más grandes porque ellos también se lo merecen por todo lo que me entregan de su vida.

Estamos hablando hoy, 8 de abril, fecha en que  se cumplen sesenta y dos años de la muerte de Juan Belmonte. ¿Te identificas con Juan o serías más de José?.

Soy amante, admirador de sus dos tauromaquias y de sus dos personalidades, pero me considero más belmontista porque creo que el maestro Juan Belmonte, que venía de la nada, tuvo que ganarse todo a pulso y ser muy autodidacta para conseguir lo que consiguió, creer mucho en él. Para mi es un espejo y cada vez que voy por Triana me quedo un rato mirando su estatua en El Altozano y al contemplarlo me veo muy reflejado en ese esfuerzo que tuvo que hacer para llegar donde llegó, lo  más alto.

Así, con Juan Belmonte siempre en la memoria, concluye la conversación con Lama de Góngora,  con le convencimiento- mutuo, de que esta vez, sí que sí,