Vive la fiesta de los toros, profesionales y aficionados, días de renovadas ilusiones ante una temporada que ya rompió en Valdemorillo y que, en pocas semanas, entrará en la vorágine de las ferias, salpicadas de festejos sueltos aquí y allá. Venimos de donde venimos, dos años marcados por una pandemia inclemente y traicionera que puso todo patas arriba pero que, paradójicamente, ha removido, en lo empresarial y en lo artístico, las aguas demasiado quietas del toreo, haciendo bueno aquello de que de una crisis no necesariamente hay que salir mal, sino todo lo contrario. En esas ilusiones renovadas está Paco Lama de Góngora, torero sevillano que hace unos días, con su tarde en Guillena, reclamó la atención de todos y ahora se ve anunciado en los carteles de la Feria de Abril. Antes, habrá toreado este mismo sábado en Sanlúcar la Mayor.
Hablamos con él- via telefónica- apenas unas horas después de saber que volverá a pisar el albero de La Maestranza y su voz transmite tanta alegría como serena responsabilidad.
Vuelves a La Maestranza, vuelves a la Feria de Abril.
Es lo más grande que me podía pasar. Y estoy convencido de que esa tarde va a suponer un antes y un después en mi carrera. Voy con el corazón lleno de alegría pero también sintiendo la responsabilidad que supone y consciente de que el sacrificio de todos estos años merece la pena.
De tu actuación en Guillena todo han sido elogios.
La verdad es que el primer toro me permitió torearlo muy bien, muy despacito y ha tenido su repercusión. Como también el solventar los problemas del segundo a base de firmeza y determinación. Además en la plaza, que se llenó, me han comentado que había muchos profesionales y aficionados de reconocido prestigio que fueron testigos y así lo valoraron.
Cumples siete años de alternativa y alguno más de aquella Puerta del Príncipe que se te abrió de par en par como novillero sin caballos. En este tiempo, alegrías y sinsabores y una aventura mexicana de la que regresaste más cuajado como persona y como torero. ¿Verte en Sevilla ahora es más una consecuencia que una recompensa?.
Así lo creo. Y ahora, diría, empieza todo. Me llega en un momento de equilibrio en mi vida, tanto en lo personal como en lo profesional y que se sustenta en que ya no depende sólo de mi sino de un equipazo que tengo a mi lado, en cuanto a cuadrilla, apoderado y comunicación. Todos remamos en la misma dirección y todo creemos que va a ser posible. Tengo la suerte de tener a José Chacón, Rafael Viotti, Juanito Cañaveral, Panduro, Pedro Caracol, José María, Aitana, José Mantero…la Peña Taurina, con Antonio Villegas al frente, mi familia…me siento muy arropado. Y yo también les arropo a ellos. No se trata sólo de creer en un torero, les correspondo con la amistad, la confianza y el cariño que les tengo. Ojalá que eso se vea reflejado en la plaza, debe ser así y lo será, estoy convencido.
Un arropamiento que contrasta con la soledad en México, entre 2014 y 2018.
Esa soledad me enseñó muchísimo, me curtió. Y ahora mismo me encuentro en el lado opuesto, que es lo que te decía antes referente al equipo profesional, a la familia. Esto es quizás lo que soñaba en aquella soledad mexicana y que todo llega.
Se vio, decíamos, en Guillena. Se verá este mismo sábado en Sanlúcar la Mayor y lo verá Sevilla en abril. ¿Qué Lama de Góngora se va a encontrar la afición de La Maestranza?
Un torero entregado en cuerpo y alma a un concepto y que quiere tener su sitio en el toreo. No voy buscando el qué dirán, quiero torear como lo siento, con pureza, relajado y con la responsabilidad del momento.
¿Te gusta mirar atrás para entender el momento que vives?
Soy amigo de mirar atrás en los errores que he cometido como persona. Trabajo mucho en que mi personalidad la debo fundir en mi forma de torear. Los errores cometidos intento no repetirlos, he aprendido de ellos. Como torero me gusta mirar hacia adelante, porque por eso le dedico todas las horas de todos los días.
En alguna ocasión has citado a Ignacio Sánchez Mejías como uno de tus referentes, tanto como torero como por su personalidad.
Así es. Esa personalidad inquieta, su querer aprender de todo y aportar a todo lo que hacía, ya fuera el toreo, la literatura…o al Betis. Como torero quizás no ha sido reconocido como merecía pero debió ser una persona fascinante.
¿Crees que estos dos años tan raros, tan complicados, pueden haber cambiado para bien la tauromaquia de Lama de Góngora?
Ahora mismo contamos con una baraja de figuras impresionante y a los que tengo una admiración tremenda. A eso se añaden los toreros emergentes, con los que disfruto una barbaridad viéndoles torear, aprendo mucho de ellos. De todas formas creo que el toreo antes de la pandemia estaba en un momento creciente y ahora, pese a todas las dificultades, volvemos a coger un inercia más que positiva, en especial a nivel artístico. Hay un buen número de toreros que están en el mejor momento de su carrera, con un poso y una ilusión tremendos más los jóvenes, que estamos apretando para llegar arriba.
¿Con qué sueña ahora Lama de Góngora?
Decir que con un triunfo fuerte en Sevilla es una obviedad, claro. Pero más que eso lo que quiero es poder torear como siento y que eso lo puedan disfrutar los aficionados. Ojalá llegue el triunfo pero la clave es, llegue o no, torear en la forma que yo entiendo el toreo. Sé que me queda camino por recorrer y siendo fiel a mí mismo es la mejor forma de hacerlo.
¿Te gusta rodearte de gente que más que cantarte lo bueno te haga ver lo que no lo es tanto?.
Por supuesto, eso es lo que te hace crecer. En ese equipo que mencionaba antes, en esa unión, no se trata de echar unas risas y qué bonito es todo. Al contrario, la exigencia es máxima y la sinceridad esencial. Por eso me encuentro y lo valoro tan bien.
¿Te ves en la Feria de San Isidro?
Quiero que mi temporada sea lo más extensa posible y desde luego no estar puesto en San Isidro no me haría feliz. Pero vengan como vengan las cosas sé que ese día llegará. Mi reto está en ir consiguiendo cada vez más cosas y que sea el aficionado el que quiera verme en las plazas.
En las plazas francesas te han visto poco, lo mismo que en el norte de España.
Me vieron de novillero, me encantaría anunciarme allí y creo que este año va a ser posible. Del norte de España sólo he toreado y también de novillero en Santander y en Sopuerta, en Bilbao. Ojalá se dé la oportunidad este año.
Quedan dos meses exactos para la cita en Sevilla de Lama de Góngora. ¿Estrenarás vestido de torear en La Maestranza, cuales son tus colores favoritos
Tengo ideas, a ver qué tal. Esa es la ilusión de todo torero, a veces se puede y a veces no. Pero en principio sí. Los colores que más me gustan y suelo llevar son corinto y oro, verde esperanza y oro y también blanco y oro.