Muy cerquita de la Aldea del Rocío y del pueblo de Almonte, se encuentra el cuartel general de la rejoneadora nimeña Lea Vicens, una mujer hecha a sí misma y que tuvo en la familia Peralta aquel aprendizaje que le hizo ser quien es ahora mismo. En el término municipal Hinojos se encuentra la coqueta finca donde vive y convive con sus animales, un lugar paradisíaco donde la francesa da rienda suelta a un proyecto que poco a poco pasó de ser una ilusión a una realidad.
Una mujer que lleva copando los puestos más importantes del escalafón desde hace varios años. Amén de rejoneadora, es Licenciada en biología por la Universidad de Montpellier, compaginando sus estudios con su gran afición, el caballo. Participó en diversos concursos de labores camperas, consiguiendo incluso una medalla de Oro en el Campeonato de Francia de Equitación de Trabajo.
Tras ese tiempo de aprendizaje con la familia peralta decidió volar en solitario e intentar aportar su granito de arena a un escalafón donde no abundaban las rejoneadoras, algo que en este 2023 ha cambiado con la presencia de alguna de ellas de gran proyección. Una vez que tomó el vuelo y se asentó en la élite del rejoneo, decidió adquirir unos terrenos en la provincia de Huelva donde dar rienda suelta a sus dos pasiones: el rejoneo y su propia yeguada.
Una finca hasta donde se trasladó el equipo de Todo Caballo para conocer el día a día de uno de los emblemas del rejoneo en los últimos lustros. Una mujer que ha competido de tú a tú con figuras de la talla de Pablo Hermoso de Mendoza, Diego Ventura, Leonardo Hernández o Guillermo Hermoso de Mendoza, esa que ahora ya está asentada en un lugar del escalafón que le permite acudir a todas las ferias importantes tanto en España como en Francia.
“La corrida de rejones se compone de tres partes: salida, banderillas y último tercio, por lo tanto, cada caballo estará especializado en una de ellas” explicaba Leal Vicens a los compañeros de Canal Sur. “Para el tercio de salida buscamos caballo veloz, con muchísima reactividad, un animal muy frío en su cabeza. Cuando el toro sale por chiqueros, su velocidad al arranque es mayor que la del caballo, de ahí que se busque un equino con un gran potencial físico”.
“Luego, en el tercio de banderillas necesitamos caballos más elásticos, muchísimo más expresivos, animales que disfruten toreando, como un torero que se recrea en cada pase, date cuenta que es el momento estrella de la lidia y es donde el animal puede brillar más” seguía comentando la rejoneadora francesa. “Por último está el último tercio, momento en el que usamos un tipo de animal más frío y quizás un poquito más lento, pero de gran valor al tener que dejarse llegar mucho al toro, al fin y al cabo, ese que pueda resolver todas las situaciones”.
Lea es una rejoneadora que trabaja mucho la elegancia del movimiento, algo que dota de mayor belleza a su faena. Galope de costado, quiebros… así como toda la puesta en escena, haciendo gala de la alta escuela con la que prepara y mejora a cada caballo de su yeguada. Busca la lidia clásica, esa donde sea todo muy puro, aquella que es la que más llena a una rejoneadora que lleva años sacando sus propios caballos.
“Me gusta enseñarles a los caballos ejercicios de alta escuela porque así la faena es más bonita. Yo creo que le da un punto más de estética y de belleza a lo que hacemos en el ruedo, también te digo la prioridad, la tiene el pase puro y sincero que es ir de frente con temple y siempre con respecto al toro” finalizaba en su exposición.